¿Una media naranja?

Por alla a mis 13 años, había escuchado ya tantas historias de mis compañeras sobre sus relaciones de noviazgos, sus aspiraciones en la vida sentimental y yo, apesar de mi corta edad me imaginaba también como debía ser esa persona que me acompañara en el camino, si Dios la llegase a colocar, porque en ese entonces no pensaba en novios o familia. 

Pensé en un hombre físicamente apuesto claro está, medianamente alto, trigueño, con ojos de mirada penetrante, de esos que te ponen nerviosa de inmediato, no fit no gordito (aunque no tengo problema con eso), con buenos brazos, acuerpado, que tuviera barba y le luciera (porque muchos la tienen pero nada que ver), una buena dentadura y buenos labios, no tan delgados.

Por otro lado pensé en un hombre que humanamente fuera divertido, arriesgado con espíritu aventurero, que viera la vida como un regalo y una oportunidad para hacer grandes cosas, que valorara verdaderamente a la mujer, primero que todo, a su madre, un hombre sencillo, trabajador, inteligente, que no se dejara influir por modas o personas, con capacidad de decisión, que se interesara por todo tipo de temas, que quisiera emprender, honesto, que escuchara y no solamente oyera, comprensivo, que pudiera expresar sus sentimientos fuesen los que fueran, que si se equivocaba pudiera aceptarlo, que anhelara también una familia, y ahí es donde viene lo que más me interesaría, su espiritualidad, un hombre temeroso de Dios, no con el temor humano sino como el que nos da el Espíritu Santo, un hombre que buscara vivir en gracia, que quisiera ser mejor cada día, que quisiera tener una familia con la bendición de Dios y no precisamente entregado a la oración sino que fuera agradecido y que en sus decisiones, Dios fuera su mejor consejero.

Un hombre que tuviera ese toque de maldad, que me hiciera sentir nerviosa, deseada, con el que pudiera sentir en plenitud sin penas, ni temores o restricciones, que pudiéramos conversar de nuestra intimidad, que fuera creativo y que me amara en verdad y en plenitud. 

Tal vez que sólo sea un hombre auténtico, sin miedos, que tenga ganas de comerse el mundo cada día.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS