La cultura del envase

La cultura del envase

Javier Vidal

21/04/2022

La belleza está en el exterior. Repito: la belleza está en el exterior. A pesar del empeño por rascar la carcasa y dedicarle un rato a nuestros actos, el culto al envase alcanza sus mayores cotas de popularidad. A destacar las nuevas canciones de Rosalía, pero también la política del golpe de efecto, los bares como sucursal bancaria y viceversa, esos cachorros de la precariedad sonriendo en cada foto. Lo que va por dentro y desde dentro, ese don que rima con ser bueno en el buen sentido, pasa de puntillas por la modernidad. Razón aquí: renta mal y pica rueda.

La superficie, la simetría de labios y culo… las cosas sin fundamento forman parte del mantra que rige la semana. Entonces surge el inevitable prejuicio. Mejor dejarse llevar por la opinión, evitar una mirada hacia nosotros que nos enfrente al dilema de saber quiénes somos. Al fin y al cabo, el contenido carece de importancia, precisamente porque hace rato que se convirtió en carne de filtro. Entonces, poco a poco, vamos conservándonos al vacío. Luego el viento se levanta.

Hay todo un mundo diminuto en apariencia, pero de ahí proceden las cosas que dan forma y sentido a la biografía bien usada. Puede que se trate de pensar un poco —alejarse o hundirse en la superficie —, o puede que este anhelo sea otro producto más a la venta. Resulta que los que están a punto de morir siempre recurren a un trozo de vida conservado en un recipiente hecho añicos, a los amigos, al abrazo y los bailes. Lo invisible es eterno y está ahí fuera.

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