Como Saturno, el padre insaciable… Dejó caer en él tantas lunas que alcanzo para tener un rebaño, los anillos del santo, del perdido y del pobre. Coloco su sangre en ella, la mayor… Porque así estaba destinado, desde entonces, no hemos visto más que ruinas, espejismos, recuerdos traslucidos casi hasta parecer intangibles. Solo Zeus fue salvado de la vorágine, sostuvo la piedra fría como Arturo, saco su arma y la blandió sin esfuerzo, sin problema alguno. En Saturno aún se respira el olor a hierro, persigue los sueños de quienes vinieron después.
OPINIONES Y COMENTARIOS