Siempre apuntando a objetivos por el mero placer de disfrutar del camino. No me sacian las victorias, me pierdo en la lucha hacía mi destino. Me adentro en abismos llenos de tormentas que me hacen tocar el cielo. Cuanta belleza reside en cada recoveco de la vida, incluso en los lugares donde la felicidad brilla por su ausencia. ¿ Quién no ama la mar incluso cuando sus aguas están revueltas? Ya no pretendo ser alguien tan solo pretendo ser, existir, sentir. Sentir la vida en cualquiera de sus formas, sentir en mi piel la alegría y el dolor de los demás. Ver morir, ya no me da miedo. Acepto que esa puerta un día se abrirá para mí y no pienso esquivarla, voy a cruzarla sin temor, con una maleta en mi corazón llena de mil historias habiendo experimentado todo tipo de emociones que puedan existir. Quiero irme sin saber si volveré sabiendo que lo viví todo. Acepto lo crudo, lo malo, lo oscuro que me depare la vida. No me iré de rodillas, ni con remordimientos. Me iré con el alma en paz sabiendo que le habré dado un sentido a mi existencia.
OPINIONES Y COMENTARIOS