Un cigarro… de mentiras

Un cigarro… de mentiras

Matías Garcia

04/04/2022

Entre tantas cosas que me pudo haber pasado en el día, estar
escribiendo esto en la entre toma de la obra con un pucho en la mano.
«Tiempo de puchos», es de lo más trágico. ¿Porqué siempre
agarro papeles como este? Debería de estar ya en la cima del monte
Holliwood, o como se llame el cerro del orto ese californiano. No en
una obra entre puchos. La re contra pario.

–Ya
te toca salir al aire Gato.

–Ya
voy loco, deja de romper los huevos.

–Respetame
un poco che, que si no fuera por mí no comes esta noche Martín.

–Ya
se jefe, ya sé, solo lo estoy jodiendo.

Y SAS.
Al aire. «¿Acaso hay algo mejor que un Malvoro entre los labios? Si
alguien lo sabe, ¡Qué se presente al frente de mí!». «Obvio y
elemental mi querido sherlock, un CJ. Nada mas sano y natural que un
buen cigarrillo hecho con amor, y mucha nicotina».

Silencio
sepulcral del público. Que por cierto y para todos los que leen esta
obra, o notas de mi aburrida vida, eran mi vieja, la vieja del
jefecito, una novia del que tiraba las cortinas. Y creo que con ellos
digo que estabamos siendo multitud.

–De
nuevo un Malvoro, pues siempre mejor, que algo local.

Se que
no tiene sentido la obra. Ya lo sé. Pero es parte de actuar. Comerse
papeles de gente que en su vida leyó más que los palitos de la
selva, esos caramelos con un epígrafe cortito. ¿Porqué no me
dedique a escribir como me dijo mi vieja? En plan de terco y
quilombero, haciendo caso a pelotudos como este, aguanto malas obras
escritas. Algún día llegare al cerro ese, y los veré de arriba.
Manga de inútiles.

–¡Perfecto!

Silencio.

Bueno
sí, en realidad es un curso de actuación, con guiones salidos de
entre unas fumadas furiosas de pasta base al parecer, pero que buscan
la expresión máxima de rostros entre telines. «Buscar la armonía
al actuar es más importante que un buen guion, sin buenas
actuaciones los guiones serían solo basura» decía jefe. Jefe se
hace decir. En realidad le pago. Y como 50 pesos la hora. Bueno no es
mucho, creo que debería haber pagado unos mejores cursos de
actuación. Pero no me alcanzaba el filo. Que va se. Ya gaste mis 50
pesos en esta gilada el día de hoy…

–Acción.

–Y la
música suena entre todo el silencio, y cancheros nos volvemos con un
buen cigarro en la mano. Y ¡Mejor si es uno de marihuana!

Para
para, eso no lo había leído.

–¡¿No
pueden dejar de drogarse tan solo un rato?! Digo…

Mi
vieja miraba. Y yo a ella, todo por seguir unos pinches guiones.
Seguro que ahora piensa que le entro duro y parejo como el que
escribió fumar es sano y no da cáncer. Y encima Cj. ¿Quién compra
eso? Diosito se apiade de mi.

–Hijo.
De verdad ¿Fumas marihuana? –preguntó mi madre sorprendida y con
lágrimas unas horas más tarde de la función. Ya en casa.

–No
mamá. Pero no me pude pagar una mejor academia. Y al parecer bueno,
los chicos. Son especiales.

–¿Cómo
que especiales?

–Si
una definición bonita mamá. Eso.

–Bueno.
Nunca entiendo tus metáforas pero no te voy a preguntar más. No te
hagas el pendejo nada más. Que ya tenes 45.

–Lo
sé madre.

–Y
sigues viviendo en nuestra casa, así que respetas mis reglas. Nada
de drogas, o de volver a actuar que consumes drogas.

–Ya
mamá.

–Y
anda a buscarte un laburo. Vago.

–Bueno
ma.

En fin…
algún día estaré en Holliwood. Y miraré desde arriba a todos los
pinches pendejos que quedaron atrás. Hasta eso bueno. Escribo un
poco el fiasco de vida que llevo. ¿Debería de trabajar? Na. Ya fue.
Mejor vamos a joder un rato más, quizás encuentro un mejor curso y
hasta gratis, que me está haciendo falta mejorar.

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