Venecia Italia, abril 17 de 1999

Querida Lía:

Desde mi estancia que me separa del cielo y me acerca aquel apartado lugar de Venecia donde mis penas salen a flor de piel al exterior desde allí nace la confianza de llenarte de desconsuelo ante la presencia de mi  presente vivido, esperando desde la lejanía de tu cielo una correspondencia a mi afanada pregunta llena de pensamientos en tiempos de exposición de lo interno de mi alma.

Aaaaaah, demonios, ¿Qué se hace cuando realmente quieres hacer las cosas, pero simplemente no se puede…? ¿Por qué el disponer de otra persona es tan necesario? Eso es realmente estresante. Lía, dime ¿Cómo lograste sobrevivir a todos los cambios que hay durante la adolescencia? Es tan devastador cómo algunas cosas que siempre quisiste como una familia feliz se destruya, también la idea de que todo será perfecto si siempre sigues los parámetros de otros y de repente cuando crees que al hacer todo esto estarás bien y absuelto de tener que vivir en el mundo real, te das cuenta de que todo lo que te dijeron que si haces lo que corresponde estarás bien, toda esa idea se destruye por completo cuando llegas al mundo en el que tienes que despertar y actuar como no actuaste en años porque creías que estaba mal, porque todo el tiempo te decían que no era propio, porque siempre al hacerlo te decían que tenías que crecer y ser adulta, pero justo cuando querías hacerlo no eras una adulta para hacerlo. No entiendo, entonces… ¿Cuándo hacerlo?, ya me harté y aunque lo haga no puedo hacer más que empezar el cambio desde lo que soy. Esa esperanza que siempre me dispongo a considerar de que Todo estará bien en un momento dado o que todo mejorará, aún sigue vigente en las instalaciones de mi alma, se vuelve eterno tener que confrontarte contigo misma, cuando en el pasado te planteaste preguntas que al responderlas acudías a otros para responderlas por ti, y cuando las respondían la repuesta era tan estúpida que tú por determinación le preguntabas; ¿por qué simplemente las cosas no podían cambiar? Para que la creencia de que una sola respuesta a ese algo pudiera ser universal y no solo una respuesta, esto evidentemente no me sirvió de nada, porque me dijo que hasta que las cosas no cambiaran su pensamiento sería el mismo, al igual que su respuesta, esa es una de las razones por las que dejé de preguntar ahora estupideces, aunque si lo pienso más de dos veces lo que uno pregunta muchas veces no son estupideces, sino una forma de validar nuestros conocimientos sobre lo que creemos.

Lía me encuentro en un bucle donde todo es repetitivo y cuando no lo es se vuelve un desastre y no logro llegar a nada, estoy hecha un maldito desastre, no sé lo que me pasa, tampoco sé como expresarlo, porque maldición también eso me lo han controlado desde pequeña, ¿sabes? Lía siempre que me siento mal, me siento culpable por sentirme así, siento que no soy, estoy lo suficientemente mal como para sentirme triste, ¿Qué haces cuando ya no sabes que eres y cuando dejaste de pensar en lo que realmente querías hasta el punto de olvidarte de lo que realmente querías? Al parecer crecer siempre así un proceso difícil y vivir la vida también, si no logras descubrir como vivir bien.

Lía, deberás intento reconocer lo que soy, pero es más difícil de lo que pensé, no sé mucho sobre mí, a veces no soy consciente de lo que hago, ni cuando lo hago, ni porque lo hago, no me siento lo suficientemente buena para seguir viviendo, pero también pienso en que no puedo dejar así como así a mis seres queridos, también debo pensar en ellos sobre lo que yo hago todo el tiempo ¿verdad? En sí les afecta o no, en sí les gusta mi forma de actuar o no, en sí les gusta en la persona en la que me he convertido o no, en sí pienso de la forma correcta o no, en sí hago las cosas bien o no… ¿Ves de lo que hablo? ¿Por qué demonios creo que debo satisfacer a otras personas antes que a mí? Lía ¿Me explicas, por favor?

Querida te deseo paz y ternura en tu viaje

Posdata: Sé que soy yo la que tiene que descubrir que es lo que pasa, pero también te digo el desastre que se vuelve no saber que hacer con tus malditos pensamientos, estos se transportan a tu vida en forma de presión y llanto, las emociones comienzan simplemente a fluir y a agruparse una junto a otra, a veces sin querer separarse un momento y se unen para acabar con tu cuerpo, quieren pelear, quieren ganar su lucha y tú solo eres partícipe como observador ante esa terrorífica guerra que solo sientes y presencias.

ATT: Susi

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