La mayoría de las veces mis decisiones y sentimientos florecen por la mañana en el desayuno, compuesto por una tasa de café late y unas tostadas integrales con mermeladas. 

Florecen en ese horario porque la mayor parte del tiempo me encuentro sola, no me molesta, al contrario me agrada y me conforta. 

A veces pienso que no pertenezco y no encajo en este gran universo. 

Tengo muy pocas amistades diría una que siempre está y que también la he dejado en el olvido por querer encerrarme en esta orbe de soledad. 

A lo mejor mi subconsciente por miedo la activa, miedo a las desilusiones pasadas y tener que volver a revivirlas, Po eso y muchos eventos prefiero quedarme sola, arraigada. 

Alrededor cree una burbuja tipo fortaleza para sentirme segura y sin ningún tipo de ofensa. 

Mi soledad la disfruto cada vez que tengo la oportunidad, con ella puedo crear e imaginar, la hice parte de mi, cuando no tengo ese momento la extraño, extraño conectarme con mi yo interno que me ofrece mucho y a la vez me aleja cada día más. 

Cada vez que salgo la busco en la naturaleza, en el mar, en el campo en el aire que es el que más me gusta, cuando cubre mi cara cierro los ojos y no puedo evitar sentir paz y una inmensa sensación de libertad que no se como explicar. 

Mi soledad, se ha convertido en una adicción y cada vez quiero menos gente a mi alrededor. 

Con mi soledad puedo ser yo en todo su esplendor, no le temo, la disfruto a pesar que la cuestiono y no encuentro una razón ni mucho menos un rumbo. 


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