Toda la vida he escuchado que el suicidio es la salida fácil, que no está bien, que hay que seguir el camino tormentoso sin importar qué, pero me pregunto cada vez que escucho esa frase, ¿Cuántas veces no hemos tomado el camino fácil en nuestras vidas? ¿Cuántas veces nos hemos sentido satisfechos con esas decisiones? El camino fácil, a veces es el correcto, nadie me puede asegurar que sí no lo tomo algún día seré feliz, o algún día dejaré de sentir el peso en mi pecho cada vez que despierto; nadie puede asegurarme que dejaré de llorar todas las noches a hurtadillas, que este enojo sin sentido algún día se irá, y los pequeños momentos de felicidad no son suficientes para querer seguir viviendo, sé que no tiene sentido, que lo que siento no debería sentirlo, sé que para todos puede ser una estupidez, pero no sé cómo dejar de sentir si continúo con vida, este sentimiento que me ha perseguido a través de tantos años, cada vez toma más fuerza, cada vez toma más partes de mi, todos los días me quita un pedacito y no sé en realidad cuanto me queda.
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