La verdad no son sus gritos , ni son sus palabras. Son sus ojos chispeantes ,

mirando las ventanas quebrantadas , la trascendencia de besos , y eso .

¿Por qué forjamos al alba , todo esto?, pero no probando en suspiro

que diga : ¡cuánto te quise!.

El individualismo de tu cariño no caía en otra persona

más que en ti mismo , ¡qué pena despertar en medio de la vida!, esto es más que un refugio para la lluvia, y entrar en un corazón a medias es un pesar. En el equilibrio perdido cabe el hueco de su sonrisa, y al final sonríe , es lo único que puede hacer.

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