Me acompaña en cada paso, ella tiene su propia personalidad.
Despierta a mi lado cuando el sol saluda en las mañanas, somos ahora sol, sombra y ser.
A veces en las noches, en mis silencios más callados, enciendo una vela, me hago el interesante y ella se revela; se sienta a mi lado, enciende un cigarrillo, y ahí estamos los dos, nos sentamos en «mute» para apreciar la noche, nos sentamos con una cerveza para acompañar a la soledad.
No te aflijas, no esta noche, ni mañana ni muy pronto.A veces me pesa cuando nunca tengo nada que escribir, ella se sienta a mi lado, abre su cerveza, enciende un cigarrillo como sacado de un «cómic», quizás sólo somos nosotros dos ahora, te acompañaré a donde sea que me lleves, bailaremos juntos, caminaremos de lado a lado, celebraremos todo, lo bueno, lo malo y lo que falta. Cantaremos con la soledad para que pueda arreglar sus asuntos con la tristeza y así esté un poco menos triste. Invitaremos al tiempo, la costumbre y el egoísmo. Hagamos una orgía de toxicidad.
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