Pérdida entre la multitud, encontrándome en la nada. El bullicio de la ciudad no es tan fuerte como la voz en mi cabeza. Admiro andar de noche por las calles, me aleja de la realidad.
Mi mejor consuelo, en estos días, han sido: la música, audífonos y caminar de noche. ¿Qué pasó con mis días felices?, perdí la alegría en el camino y lo peor es que no puedo regresar. Dicen que la vida continúa, que el pasado se deja y el presente se vive, tienen razón, pero, ¿Cómo podrías dejar algo que te hace feliz? Hoy ya no hay un «algo», hoy solo me quedan recuerdos y los recuerdos me hacen feliz, lástima que sea del pasado, así que no podría soltarlo. 
Hay castigos que duelen como un puñal en el pecho, y también, recuerdos que hieren al alma; a mí me castigan los recuerdos, lo peor es que soy consiente y siento el dolor. Mi pasado será mi eterna alegría, aunque tenga que idealizarla. 

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