Prólogo

Que calor, demasiado calor para un niño tan pequeño. Pero tampoco hay salida para ti, ¿No es así?

Que calor, las llamas que se alzan como banderas ondeantes en el cielo. Banderas mortales.

Pero tranquilo, no llores niño, todo estará bien.

¡Mira!

¿No es acaso ese un muñeco bailarín? ¡Mira cómo se mueve entre llamas! ¿No es eso divertido?

¡Baila baila muñeco! ¡Muñeco entre llamas que grita de emoción! ¿O es acaso dolor?

Imposible, seguro está riendo Porque, ¿Por qué gritaría de dolor?

Pero, entonces, ¿Por qué lloras tan desesperadamente niño? O, ¿es que acaso te preocupa tu padre?

Tranquilo, ahí está. Es el muñeco entre llamas que baila y grita alegre, parece estar disfrutándolo ¿no lo crees niño? ¡Vamos! Sonríe que la vida es solo una y aún eres joven para conocer el dolor.

Demasiado joven para sentir tal tristeza y horror. Demasiado para conocer la pesadilla que te perseguirá por el resto de tu vida niño.

Tan solo desfruta del espectáculo que tu padre entre banderas mortales te ofrece.

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