Orgullo nesciente

Sus enemigos y amigos le consideraban insoportable, pero a pesar de todo, seguía gozando del favor del amor. Ese que parecía inagotable, fuente de vida eterna para su ego. 

¿Vida? Eterna no es la carne que sostiene la vida, el cuerpo en el que habita el alma, la carne es tan perecible como las hojas de los árboles en otoño. Sin embargo, necio es el orgullo, causa estupidez en la reflexión, llegando al resumen: así me quieren y así seré.

Asi te quieren por el favor de la suerte, empero con fe el amante espera paciente que tu actitud a regañadientes mejore. Y así como se muere el tiempo, muere la paciencia, el corazón le da la bienvenida a la amargura y el cansancio se encarga de lo demás.

Una vez más se fue quién te amaba, no por falta de amor, aquí eso no falta, es por tu ceguera, teniendo esos ojos negros tan lúcidos y curiosos, se vuelven torpes al reconocer las facetas del cariño.

Se alejan, pero sus corazones laten en tus bolsillos, tan solo una llamada bastaría para traerlos de regreso, pero como no cambiarás y el orgullo domina tu vida, no los volverás a ver jamás.

Tienes amigos, tienes enemigos y tienes amor, pero te recomiendo que lleves la cuenta, aquellos que te amaban suelen cruzar al bando enemigo y así cada paso requiere tino, así de descuidada eres tú mi nesciente amiga. 

Hoy te doy consejo, mañana no, porque hoy robaste el amor del hombre que adoraba mi corazón. Así mi estima al nacer el alba en odio será convertida.