Un capricho nos acerco.
Y un camino nos presento,
de la mano me tomaste,
sin miedo me invitaste.
Comenzamos a caminar,
por praderas de colores,
aromas, sonidos y flores.
Hasta llegar a un bosque.
Aventurados nos adentramos,
en su encanto nos perdimos,
Riendo, cantando y soñando,
jugueteando como niños.
Se oscureció el camino.
Tras cada paso que dimos,
continuamos avanzando,
un difícil transitar.
Empezamos a trastabillar.
Y tu mano yo solté.
De pronto empecé a correr,
dejándote sola atrás.
Para cuando volteo a mirar.
En la distancia te veía.
Y me senté a esperar,
sin saber lo que pasaría.
En la espera contemple,
lo que el camino me ofrecía.
Una vertiente de senderos.
¿A donde me llevarían?
Como escuchando sirenas,
sin pensar tome uno de ellos.
Vagando en mis deseos,
te empecé a recordar.
Cuando quise regresar,
a donde te había dejado.
Cansada de esperar,
no te logre encontrar.
Otro sendero tomaste.
Ahora quiero reencontrarte,
tomar tu mano de nuevo,
pero no logro acercarme.
Solo espero que algún día,
me lleve a ti el destino.
Para continuar contigo,
hasta el final del camino.
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