Me propuse que cada cierto tiempo le recordaría al viento que te quiero, le susurraría a este y a nadie más, lo mucho que me haces falta y de lo celoso que estoy de la existencia misma que te rodea en este instante; para que así, aunque quizás en un largo tiempo, ese viento que fue mi susurro llegue hasta tus oídos y de alguna forma te haga sentir estas palabras y todas aquellas que te he dicho sin que me escuches o me leas.
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