Ni consuelo ni esperanza

La desconsolada desesperanza de los vivos que no saben para que vivir. Inquietante añoranza de benevolencia franca que diluya el áspero bloque de hielo carmesí.

En los ojos hay llagas que no son ornamentales, si no más bien periciales para un futuro cercano.

Ya se lacero la carne en un insípido ensayo y descubrió gracias a éste que no le queda amor propio.

Si no hay consuelo ni esperanza el que dirán está de más.

Las aflicciones son un Vaivén de exhalaciones muy natural.

Es muy decrépito el estado de su mente, de hecho está más bien inerte y no lo puede evitar.

No es benéfico lo que a uno advierte, que en el vacío está tu nuevo y eterno hogar.

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