Recuerdo que de niña fui muy feliz, habían problemas como los de cualquier niño a su corta edad pero, a medida que fui creciendo las cosas empeoraban, cuando cumplí 7 años de edad había una champaña muy famosa la cual era para niños de color azul o rosa, entonces yo quería que mis padres me la compraran así que esa noche mi padre llego del trabajo y todo estaba listo. Al entrar vi que en su mano traía mi champaña, lo cual me puso muy contenta, no me importaba si esta era rosa o azul yo solo la quería, pero, enseguida mi madre llena de ira no tardo en tratar mal a mi padre por no esperar a que ella fuera con él a comprar una que fuera rosa, aunque repito el color no era algo que me importara. Yo creí que solo sería una discusión tonta y no fue así, mi padre se encerró en su cuarto y mi madre se fue, yo quede sola con mi hermana sentada en la mesa del comedor viendo mi pastel de cumpleaños. Sin duda esa fue la señal de que las cosas andaban mal con mi madre y su forma de ser era imponente, tenia una ira incontrolable.

Cuando cumplí mis 14 años comencé a desarrollarme y realmente no era algo que me hiciera sentir bien, cada que mi ciclo menstrual aparecía yo comenzaba a llorar por cualquier cosa. La primera vez que me bajo recuerdo que llegue de la escuela, mi hermana hablaba por teléfono y yo comencé a quitarme la ropa, pero al bajar las medias pantalón que por cierto eran de color blanco, claramente estaban llenas de sangre, en ese momento me asuste aunque sabia lo que era. Fui a buscar a mi mamá para contarle, pero quede inmóvil al ver la expresión en su rostro, era de asco, ella ni siquiera me miraba, solo dijo “ahorita le traigo lo que necesita”. De ahí en adelante nunca me entrego unas toallas sanitarias en la mano siempre las dejaba en mi habitación.

Nunca comprendí por que actuaba de esa manera, pero me acostumbré a su actitud. También recuerdo que mis cólicos eran demasiado fuertes al punto que no podía levantarme y lloraba al sentir tanto dolor, por lo cual debía calentar agua e introducirla en una botella para ponerla en el área del abdomen, solo que había días en los que el dolor no me permitía hacerlo. Mi padre se acercaba a mi y me preguntaba ¿qué le pasa hijita? Per cuando iba a contestar mi madre interrumpía contestando con una voz de fastidio -ay nada que le duele la barriga y ya-.

De esos episodios recuerdo el amor de mi padre al ir a la cocina y calentar el agua para dármela y que no sufriera tanto. Yo solo era una niña que comenzaba a entender su cuerpo. A veces con mis amigas era el tema de conversación, hacíamos preguntas tipo ¿a ti ya te llego? Algunas contestaban que no y aquellas que si, contaban la historia de su primera vez en donde su madre les entregaba una carta que decía lo importante que era esa fecha y la mejor de las frases -Hoy te convertiste en mujer- con lo cual no me sentía cómoda, pues cuando era mi turno no sabia que responder, y es que como decir que mi madre sentía asco de mí.

Los siguientes años las cosas no mejoraron, es mas venia lo peor, desarrollarme fue frustrante. Un día tenia que hacer un trabajo con mis compañeros de la escuela y al pedir permiso mi madre me dijo de la forma mas cruel que existe ¿será que si se va a eso? O ya se le alborotaron las hormonas, me sentí tan mal que decidí no ir, llore porque para ese entonces mi madre me miraba y trataba como a una cualquiera, después de eso las cosas siguieron empeorando, a mi amiga le diagnosticaron cáncer así que debía estar fuerte para ella aunque siempre sentí que no hice suficiente, todo fue muy rápido y los problemas en la casa no paraban. 

La peor parte era cuando se terminaba la jornada académica y debía volver a casa. Mi hermana es mayor que yo y su situación no era para nada buena, mi madre era demasiado dura y no perdía oportunidad para herirla, yo odiaba que la tratara mal, cada palabra, cada frase me dolía a mi también, una vez ella necesitaba toallas sanitarias pero mi mami dijo algo que nunca en la vida se me olvidara -vaya y dígale a ese al que le pone el culo que se las compre- en ese momento me puse a la tarea de ahorrar las toallas que mas pudiera durante mi periodo, podría aguantar un día entero con la misma con tal de que mi madre no volviera a herirla de esa forma.

Mi hermana poco después se marcho de casa y yo quedé con mis propios problemas, comencé a cortarme los brazos y el día que se enteraron fue devastador, mi madre me vio las marcas en mis en un descuido y fue uno de mis peores momentos, ella se enojo mucho y me coloco un cuchillo en las manos diciendo ¿se quiere matar? Hágalo, pero en sus ojos se veía la decepción, ella se fue y comencé a escuchar música que hablara de Dios para sentirlo más cerca, me dolía la idea de que ella le contara a mi padre, pues me daría mucha vergüenza que el supiera lo débil que era su hija. Luego de eso prometí no volver hacerlo y aunque tuve recaídas hoy puedo decir que soy más fuerte.

Paso un año tras la noticia del cáncer de mi amiga y días después de prometerle que iría a visitarla ella falleció, me odie, llore y pedí a gritos que fuera mentira, pero con el tiempo entendí que en el cielo estaría mejor. Después de esto conseguí trabajo vendiendo ropa en un almacén en el tiempo de mis vacaciones en la escuela, porque mi madre decía que yo tenia que trabajar, así que un día me levanté y dije voy a conseguirlo, hice mis hojas de vida y creo que era muy chistosa, ¿ustedes se imaginan la hoja de vida de una chiquilla de 16 años que aún está en el colegio? Bueno el punto es que antes de salir mi madre me dijo – y de que cree que va a conseguir trabajo si a su edad solo podrá quien sabe en qué – pero para su sorpresa si lo obtuve y era un trabajo honesto.

Luego me gradué, mi hermana regreso a la casa y las cosas fueron mejorando un poco, no quiero victimizarme pues tuve muchas cosas que posiblemente muchos niños no. Siempre me resguardé en la idea de que otras personas vivían cosas peores y que lo mío era insignificante, hasta el punto que comprendí que no por eso debía aguantar. Cumplí mis 18 años y aunque la idea era irme de casa a esa edad no fue así, continúe viviendo allí mi madre me pago mis estudios universitarios y sin duda yo no iba a desperdiciar esa oportunidad, estudiar es muy costoso y difícil así que su apoyo me hacia muy feliz, soñaba con ser una profesional y no con el propósito de sentirme por encima de alguien si no para saber de lo que soy capaz y superarme a mí misma.

Faltando muy poco para terminar mis estudios comenzaron de nuevo los problemas, fueron años de tranquilidad que agradezco mucho, pero otra vez estaba ante humillaciones. Mi madre siente vergüenza de su familia y a sus hermanos les cuenta historias erradas de quienes somos, pues para ella no valemos por quienes somos como personas si no por un titulo y un salario, su ambición y codicia es tan alta que no quiere que yo este con un hombre que me respeta, me ama y me apoya pues estas cosas no son importantes, no lo acepta solo porque no tiene un título universitario ni gana millones.

Dia tras día escucho sus humillaciones y ofensas, me hecha de casa y dice -dígale a ese simple obrero que le pague todo y la mantenga- sus comentarios déspotas hacen que yo no quiera seguir, siempre dice que si él se acuesta conmigo tiene que pagarme mis estudios. Es tan triste esta situación y lo peor de todo esto es que por mucho tiempo deje que me dijera todo lo que ella quería porque en algún momento de mi vida hice algo mal y seguramente debía pagarlo, pero un día sentí que era suficiente, ya no aguantaba más y si había algo que debía pagar ya estaba pago, toda mi vida soporte palabras ofensivas que me dolieron mas de lo que ella cree, viví en un ambiente en donde debía quitarle los cuchillos de la mano a mi hermana y a mi madre siendo solo una adolescente que comenzaba a aprender del mundo.

Entonces dije ya fue suficiente, me incline en el suelo y le dije a Dios -perdóname, te juro que aguante lo que mas pude me golpearon una mejilla mil veces y puse la otra, pero ya no aguanto más, esto me duele mucho-. Mientras empacaba, mi hermana lloraba, veía todo aquello que amaba desmoronarse, pero tenía que comenzar una nueva etapa y es que mucha gente sale adelante sola así que por que yo no podría hacerlo. M padre parecía estar tranquilo, pero sé que por dentro su corazón se rompía, escuche a mi madre hablar tranquilamente preguntando para donde iba si con él o a dormir en la calle, parecía no dolerle mi partida y no esperaba menos. Tras sus comentarios, comencé a gritar y entre palabras lloraba, le dije que recordaba hace muchos años a mi hermana en mi lugar y  me dolía mucho darme cuenta que ella nunca aprendió, que no le importo el daño que le causo y ahora lo estaba haciendo conmigo, le dije que obvio no tenia un plan estructurado para donde ir pero que no importaba igual iba a salir adelante, dije que no me rendiría y terminaría mi carrera como fuera. En ese momento ella quiso arreglar las cosas me dijo que no me fuera, pero, yo estaba tan dolida que solo repetía en múltiples ocasiones que no, que ya todo estaba muy mal y no era fácil hacer como que nada pasaba, pero mi padre también me pedía que no me fuera que no le hiciera caso a mi madre a lo cual respondí que esta casa no era de ninguno de nosotros era de ella y que muchas veces nos lo dijo porque hasta a él se ha atrevido a echar.

Todo estaba listo para marcharme pero mi madre prometió no volver a tratarme mal, dijo que no diría nada más, a lo cual dije que eso no era cierto que ella nunca aprendería y que si no lo hizo con mi hermana conmigo tampoco, pero por dentro no quería marcharme, esperaba que fuera cierto y que por fin me dejara tranquila, en ese momento mi hermana se levantó para abrazarme así que pensé mejor las cosas y tras su insistencia pensé en mi padre, mi hermana, mi sobrino, mis gatos, mi carrera y entonces accedí.

Luego de eso llego mi padre con dos platos de comida en la mano para sus dos hijitas que sin importar la edad siempre van a ser sus niñas, lo mire y supe que aguantaría cualquier cosa solo por verlo sonreír y al abrazarlo mi padre lloró, él no quiere que nos alejemos o por lo menos no así.

No pretendo victimizarme con esta historia y se que mucho de lo que está contiene es completamente negativo, se que hay cosas buenas que mi madre ha hecho por mí y la amo a pesar de todo, pues es mi madre, yo, solo quería compartir un poco de mi historia al menos de lo que mas recuerdo.

No quiero que ella me falte, es mi mas bonito regalo y se que no es fácil para ella tampoco, sé que día tras día tiene que luchar contra sus demonios, pero pase lo que pase jamás voy a ser una hija ausente, aunque ella no me quiera a su lado es el lugar donde debo estar, hare mi vida, tendré una familia si Dios así lo quiere, pero jamás la abandonaré.

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