Era una vez, un hombre temeroso y desconfiado de su capacidad para relacionarse con las demás personas que cada vez que iba a presentarse a algún lugar, se mostraba retraído, con poca seguridad y eso provocaba que ya arrancara mal la conversación para él, debido a que imaginaba en su cabeza que la otra persona podría estar pensando cualquier otra cosa sobre él- seguramente negativa- y eso le hacia acelerarse en el hablar, trabarse, decir cosas que realmente no las pensaba. Y así fue, que cada vez iba evitando situaciones donde tenia que interactuar con personas o conocer gente nueva- por Dios, eso era lo peor para este hombrecito- estaba tan inmerso en ese mundo solitario y peligroso, que nunca se dio cuenta que ya no podía salir y las situaciones de incomodidad se fueron haciendo cada vez mas intensas. Por eso mismo, esta personita veía cada situación social como un momento para sufrir, para pasarla mal, por ello denomino estos momentos como situaciones «bombitas», donde cualquier evento este hombrecito podía explotar o lo que era aun peor, reprimir o terminar aguantando toda esa carga mental a la que era auto sometido. Hasta que un día pudo- con mucho trabajo- darse cuenta que evitar y dejar pasar el tiempo lo único que hace es dejar las cosas tal cual están- si las cosas están mal seguirán estando mal, porque no se hizo nada para cambiarlas- Por eso este hombrecito ahora en mas está realizando algunos pequeños pero importantes cambios en su vida, haciendo que se sienta un poquito mejor entre tanto pensamiento.
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