Dejé de tomar té.
La casa se llenaba de agua salada,
de sudor.
Dejé de tomar té.
Las ventanas de la casa se empañaban
de agua salada
de lágrima
y de sudor.
Dejé de tomarte
y la casa era de agua de lágrima
salada como el sudor.
Dejé de tomarte
y el sudor ya no escurría
como lágrima de agua salada.
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