Cuando quema, lo siento

Cuando quema, lo siento

Matías Garcia

22/02/2022

La sensación que quema, y a la vez te saca todas las lágrimas desde el fondo del corazón. Sentir cómo al mismo tiempo uno está amando y a la misma vez te estás enamorando. No son sensaciones positivas si el resultado de las dos acciones provienen de personas distintas. Lloro.

—Buenos días, ¿Cómo estás? ¿Cómo amaneciste?

y probablemente que dos personas te manden un mensaje al teléfono diciéndome exactamente lo mismo, en una hora de la mañana. ¿Por qué he de sentirme triste y melancólico si hay gente por mí que se está preocupando?

Las respuestas muy parecidas pueden ser, estar cercanas, y dar un indicio de un pedacito de realidad mezclada de antagonistas como la ilusión y desilusión, amor y preocupación, tristeza y felicidad. Emociones internas que se vuelven difíciles de describir cuando todas suceden al mismo tiempo. Y acaso ¿Es difícil amar y ser amado?

Es difícil saber que a raíz de lo que te está pasando alguien que amas, y mucho, resultará dañado. Esa sensación que crece a cada momento, junto a un amor que crece y florece mientras otro no está marchitándose, es algo que la vida nos da, para hacernos saber que tan bajo caemos, que tan mal esto nos está poniendo, y que posiblemente, una solución inmediata jamás encontremos.

La sensación quema, y me dan ganas de sacarme con un cuchillo el corazón del pecho, para que deje de latir, mientras con mis sesos, pienso. Ambos en armonía no están ni lo harán. Y con las sístoles y diástoles lo que siento, se desvanece en el tiempo.

Solo puedo decir que la sensación me quema por dentro.

Cómo le digo el libro que yo estoy escribiendo que de verdad es una mentira luck en el cuento. Usar un sin fin de palabras extrañas y se hace una manera bastante sutil de lograr lo que en el fondo quiero. ¡Ja! ¿Cómo sé lo que en verdad quiero?

Me gustaría decir que no estoy brotando lágrimas en este mar de sentimientos.

Un día soleado de un acaso mes incierto, día en la que conocí al amor de mi vida. Recuerdo como el sol brillaba por su mirada. Recuerdo como en la tarde entre mates y luego un desvelo logramos por fin conocernos. Desabrochamos los botones de las camisas, y con un sentimiento nuevo, desnudamos nuestras almas y nos dimos un beso. Si el erotismo de una mujer es algo de admirar y digno de aclamar entre palabras de aprecio y anhelo, vivirlo al frente de uno, se vuelve todo un sueño. Y entre sonrisas y muchas veces dejamos plasmado este amor que dentro del corazón a cada instante llevo.

El tiempo que avanza nos fue demostrando cuánto, entre cosas buenas y malas, lo que un sentimiento de niño pequeño, se fue madurando en uno lleno de misterios. Que entre peleas, reconciliaciones, abrazos y muchos besos, fue madurando y solo la mirada de que no acabase nunca, por fin, se hizo al acecho.

Un día nublado en la que fue avanzando el tiempo, nuevos recuerdos olvidados aparecieron sutilmente entre bosquejos. Una pintura olvidada, un Picasso que desde el silencio encendió mucho más que un fuego. Y ahí cuando los sentimientos, esa cosa linda de ¿Es esto en lo que verdad quiero? Aparecieron de nuevo.

Muchas cosas se pueden hablar, no mucho se puede reiterar, acaso esto que yo siento, de verdad: ¿Es lo que quiero?

Y cada instante en que me traspasa en un silencio, lo que siento, el amor y el enamoramiento, estar juntos y si fuera algo lindo, tendría que llevarlos dar un paseo, hacia el horizonte vasto y lejano…

¿Cómo puedo saber lo que en verdad quiero?

Solo sé que las sensaciones quema, y saca lágrimas, desde muy adentro.

Qué dicotomía si acaso las dos personas fueran la misma que siempre ha estado junto al mar de sentimientos.

A eso nos queda pensar entre tanto que puede aparecer en nuestra mente infante de nuevo:

Que dilema si son la misma, vista desde el cielo, y desde el fuego.

Qué sensación más linda, ¡Todo lo que siento!

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