Carta para mí

Querida yo:

No hay ser más luminoso que tú, brillas a pesar de la oscuridad. Eres maravillosa, lo sabes… Te gusta hacerte la ruda e incluso entras bien en el papel de mujer independiente, te ha costado pero las personas cercanas o quienes te observan  saben que es toda una fachada tu teatro de ser insensible. Te has vuelto cautelosa y selectiva por malas experiencias pero tiendes la mano a quien lo necesite sin pensarlo. 

Tu corazón habla primero que tu razón, motivo por el cual terminas llorando por las noches. No sufras, lo estás haciendo bien; esas lágrimas, canas y ojeras son resultados de tu dedicación y esfuerzo. 

No tienes que demostrarle al mundo tu valor, el mundo está agradecido por tu existencia. No te rindas, cada día es más bonito porque despiertas y pones atención a los detalles; disfrutas andar con la cara levantada para que los rayos del sol te acaricien, eres de las pocas personas que se acuerda de las estrellas y bailas cuando comes como si cada plato tuviese su propia melodía.

La malicia no está en ti aunque eres muy torpe, por lo tanto, ha habido malos entendidos. Me derrites, sólo tú tienes esa manía de sonreír a los desconocidos aunque a veces no te regresen el gesto. 

Eres buena persona, recuérdalo. Sé más gentil contigo misma, atrévete a usar lo que tú quieras; el tamaño de tu cuerpo no influye si estás hermosa o no, siempre lo estás. Son cambios pero la esencia es la misma. 

No te desgastes por esas personas que hacen tu alrededor una tortura, sé que te proteges cuando frunces el ceño delante de ellas. Todo pasará, es una etapa, no lo definitivo. 

Mi pequeño capullito, prepárate para que un día seas una hermosa mariposa. 

Con amor, 

Tu yo del pasado.

MASZ