Ellos no me entienden, no entienden lo que escribo, ni lo que lloro

Yo me voy con mi cuerda, lejos, y me acuesto en el pasto a esperar vida

Ellos no saben bien lo que de mi boca sale, ni la toxina que de mis lágrimas cae

Sólo tomo mi café con leche, porque soy una niña, y nunca jamás en la historia nadie se preocupó por el alma de un niño

Entonces me voy lejos, con mi mochila puesta de un solo lado, cae otra lágrima que creo que es algo exagerada, porque soy una niña, y no tengo problemas

Ni felicidad, ni tristeza

Ellos se ríen y me apartan de algunos chístes, y mi corazón se siente lleno de piedritas

Me pregunto si ellos nacieron grandes, o si no sienten el vacío eterno de los niños ya viejos

Pero no les preguntaría, porque se reirían, y me acostumbraría diez años más tarde a contar cuántas humillaciones caben en el cuerpo humano

Sólo me voy lejos, y guardo dentro de mi pecho lo insignificante que me sentiría a los veintidos

Ellos dicen que los niños no saben nada sobre el amor, pero creo que es gritarse y golpear cosas mientras yo juego a las escondidas

Y mientras mamá llora le haría un poema a mi maestra, y condenaría mi vida en él por siempre, la misma niña que se le cae una gota en cada hoja que su lápiz apoya

Pero ellos no lo entenderían, y me iría lejos, sólo me voy lejos, y guardo dentro de mi pecho lo insignificante que me sentiría hoy.

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