Pido solamente sus pesares cautivos, quisiera reemplazar los míos que ya se cansaron de esperar, nacieron de un mismo nido ambos, pero su rumbo fue atraído por otro ser que se esconde y no se nombra al hablar. Quizás yo pueda curar con bálsamo el corazón fragmentado por el azar del destino opuesto al de ella, su rumbo pesa en mi conciencia, siento sus pies, pero no los míos, siento su cansancio, pero no el mío. Vivir con un pétalo de su olvido ya se ha vuelto monotonía en la encrucijada de mis labios, me ha apartado tanto de su querer que no puedo ni soñarla, ¿pues acaso tengo derecho a ser esclavo de su mirada?.

Se fue desdibujando como una acuarela pintada con mano infantil e insegura un vacío que aprieta mi cuello sin descanso, pidiendo que manche mi boca con las palabras que debes oír, pero no sentir. Querer no es poder, pues queriéndote no he podido tocarte como quisiera, no he podido escucharte como quisiera, no he podido  sentir retumbar tu dulce voz en mi oído, pidiéndome que te espere, que amar es saber que no podremos caminar caminos al andar, sino sentarnos apreciar el romance que acaba de empezar.

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