28 años, sensación de no saber qué hacer con mi vida, noches en las cuales se escuchan ruidos en casa, murmullos y martillazos en la pared de la habitación. Veo la hora y son las 3:30am, pero que no se te haga raro, pues ya no lo es para mí, veras…. Esto comenzó a los 8 años, recuerdo el no poder dormir en mi habitación por miedo de escuchar voces y aquellos martillazos en la pared.
Mi familia, una común y corriente de 6 integrantes, mamá: María Alejandra, papá: Miguel, hermana mayor: Mariana y yo Sara, después llegaron dos más, mis hermanos mellizos Samuel y Gastón, tenía una habitación grande para mi sola, sentía miedo en ella, con una sensación de no querer estar allí, sentía como el miedo me invadía mi cuerpo de tal forma que no podía moverme, escuchaba mis latidos como si estos estuvieran con un parlante que se escucha fuerte y claro. Le pedía a Dios por las noches que esa fuera la ultima noche de aquellos temores, que estaría mejor a su lado, pero así seguía pasando una y otra vez, cansada de esto decidí reclamarle porque me había traído a este mundo sin ninguna explicación lógica, que no tenía sentido.
Debajo de mi cama había un colchón que mi mamá compro para que mis primos se acostaran a dormir cuando iban a casa, lo que no sabían era que en él yo prefería dormir, antes que estar en la cama acostada a la vista de eso que me atormentaba. A las 3:30am empezaban aquellos murmullos y martillazos a la pared que me hacían despertar, llorando, sin poder moverme me quedaba esperando a que saliera el sol con tal de no seguir escuchando aquellas voces sin cuerpo físico y esos martillazos que tanto me hacían latir el corazón de miedo. no mal interpreten, no sufro de depresión o cosas parecidas, de hecho en el día tenia mis amigos del barrio donde jugaba a la pelota, a las escondidas, o cualquier típico juego de los 90. Todo era normal, risas, raspones y tareas de la escuela. pero las noches eran una pesadilla para mí.
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