Paseo de verano (A mi madre)
Te veo con tu luz gris de piel,
de pelo azabache y pecas alborotadas
como te recuerdo.
Tus piernas perfectas caminan frente a mi
con ese andar único de gacela ensimismada,
y te sigo por esa pampa
que pica mis tobillos de niña pequeña.
¡Vamos de paseo me dijiste!
Las vacas me mugían y yo temerosa
me hecho a correr.
Llegamos a ese lugar de dulces manjares,
esa quinta que asaltamos con baras en las manos,
con el grito de los pájaros acusadores.
Me dijiste,
¡Qué sabrosa está esta cereza!
El castaño ya no tenía frutas,
¡pero qué inmenso árbol!
pienso para mis adentros.
Llegamos al lugar de nuestro deseo y ahí estás,
con esa sonrisa tuya, cautivadora
y te abrazo feliz ¡cuanto me gusta abrazarte!
Los sauces lloran sobre el río,
pero de felicidad,
porque ven en estos los momentos
más placenteros que tendremos jamás.
El agua está más brillante hoy
que el verano pasado
y nuestra tribu se sumerge.
Me sorprendo al ver que nadas como pez
en el agua y yo no sé nada,
pero tú me enseñarás.
El día finaliza con aroma a tomates con ajo,
las cerezas que pescamos
y las risas de nuestro verano.
Y te cuento como secreto
que esas cerezas son mi fruta favorita,
no por lo dulce, no por el color,
sino porque me las diste tú..
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