ME MIRA, ME TOCA, ME HOSTIGA Y ACORRALA DEBAJO DE UN CRISTO CON ESE INIGUALABLE OLOR A MADERA VIEJA, A SACRISTÍA Y A LA IMPUNIDAD DE UN DIOS QUE PARTICULARMENTE NO ME ESCUCHA. DIOS NO QUIERE A LOS NIÑOS. SOLO PUEDO PENSAR EN ESO CADA QUE MI MADRE ACEPTA QUE LOS MALDITOS JUEVES ME QUEDE A PREPARAR TODO PARA LA MISA. YO YA NO QUIERO VENIR. CONOZCO LA PALABRA, ES TOCAMIENTO Y NO DA MÁS MIEDO CONOCERLA QUE EN CARNE VIVA. CUANDO LA GRACIA Y SOBRETODO LA MANO DE DIOS DESCIENDE SOBRE ÉL ES CUANDO COMIENZA EL INFIERNO; CRUZ Y CLAVOS ES LO QUE MÁS DESEO PARA TERMINAR CON ESTO. ES DOMINGO DE HABITO, DE MISA Y DE ORGULLO PARA MI MADRE EN LA PRIMER BANCA DE LA IGLESIA.
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