Panqueques rojos de mamá

Los panqueques rojos de mamá.

El aroma dulce llegó hasta mis fosas nasales, me levanté de la cama, corrí hasta la cocina al llegar a la entrada me tropecé con la puerta y me di un porrazo en la frente, escuché a mi madre decir:¡ Niña que te pasa, apresurate!.

Me senté y mí mamá me sirvió, al ver los panques sentí que mi estómago me reclamó por mi lentitud introduje un pequeño pedazo en la boca y mis papilas gustativas hicieron una gran revolución escuche claramente las bombas que se lanzan unas contra otras y en otro rincón las declaraciones de amor, cuando el bocado llegó a mí garganta mis ojos por inercia se cerraron creando un sueño fantástico en mi subconsciente al despertar mis entrañas la recibieron con regocijo cómo en un baile dónde los invitados se mueven de un lugar a otro en una marea interminable de emociones, suspire deseando que está sensación perdurará por la eternidad. Con cada porción de éste platillo viajaba a mundos inimaginables, quedé en un letargo donde el tiempo era tan lento que los pasos de una tortuga son más veloces que las manecillas del reloj de mi interior no se si transcurrieron horas o minutos pero el trance que tenía mi sistema nervioso me impedía salir de él.

A lo lejos escuché una voz parecida a la de mi madre no pude etender con exactitud lo que me decía, la observé y ella me dijo: Niña, ¿Porqué no contestas cuando te estoy hablando?, mamá lo siento; Hay Nina tú siempre estás en otro mundo un día de éstos te voy a pedir auxilio y tú ni cuenta te vas a dar, me vas a dejar morir por ser tan distraída. Mamá dejé de exagerar, usted tiene la culpa siempre cocina nuevas recetas y ni siquiera prepara a la gente; es más probable que usted me cause un paró.

Cipota mal agradecida no te vuelvo a cocinar y vas a morir de hambre, nunca haces algo en la casa de repente si yo me voy te vas a engusanar. Mamá no era mi intención criticarla bien sabe usted como me pongo cuando desayuno sus creaciones, me transportan. Sentí un dolor en la cabeza provocado por la mano de mi progenitora, cuidado te quejás de esté pequeño golpe te lo mereces por malcriada y no respetar a tú bella madre. Las dos soltamos una rizotada que hizo vibrar las paredes de la casa, siempre pasa lo mismo con nosotras mi padre dice que es un gusto escucharnos discutir por qué después viene lo mejor, el cuenta que se enamoró de ella cuándo la miró sonreír y ahora era doblemente afortunado por mí.

Te estaba preguntado sí hablastes con tú tía ayer, sí la noté un poco extraña, cómo si quisiera preguntarme algo y no tuvo el valor de hacerlo. Lo mismo pensé yo; Antonia tiende hacer cosas que a uno le preocupan más de la cuenta y siempre acaban siendo una tontería. Papá me ha dicho que tía Antonia tiene el don de adivinar el futuro y nunca se equivoca con las predicciones. Tú padre siempre la motiva para que crea eso ella sólo quiere llamar la atención lo muy probable es qué ya se cansó de su novio y quiere dejarlo. No creó la última vez se le notaba muy entusiasmada debe ser otra cosa, estaba pensando llamarla hoy y ver qué pasa. Lo mismo pensé, lástima qué es un día complicado en el restaurante y no sé sí tenga tiempo. No se preocupe mamá yo la llamó.

Entonces es hoy, todos deben estar entusiasmados en especial usted mamá. Cómo no estarlo he esperado por muchos años está oportunidad aunque estoy un poco nerviosa. No se preocup es la mejor cocinera que conozco, ésa gente va querer comerse hasta los platós y lo más probable le pidan qué escribá un recetario de sus platillos. Hija eres maravillosa gracias por tú confianza. De na…

Las dos inmediatamente abrimos los ojos y mí corazón comenzó a latir de una manera precipitada, el sonido estridente que se escuchó dentro de la casa nos alarmó de que algo malo estaba sucediendo, miré el rostro de mi madre y había perdido todo el encantó que hace un minuto tenía, estaba pálida y sus ojos reflejaban miedo. Nos quedamos viendo por unos segundos antes de salir corriendo en dirección hacía la habitación dónde provino el sonido, lo primero que observé fue el cuerpo inerte de mí padre.

Ése día mi padre se suicidó.

Cheryl Victoria.