Estoy solo,

voy dando vueltas por la casa,

no se que hacer,

a veces me siento,

pero no puedo estar quieto.

Abro el armario,

cojo una botella de ginebra,

la abro,

doy varios tragos.

En mis paseos,

entro en mi despacho,

observo mi ordenador,

lo rehúyo.

Me alejo,

mas tragos de ginebra,

me enfado conmigo mismo.

No estoy a gusto.

Quiero que llegue la noche,

por si su oscuridad, su silencio

me calman.

El sol está ya desapareciendo.

De fondo,

escucho las conversaciones

de la radio;

me aturden, me agobian,

no las hago caso.

Tomo otro sorbo de ginebra.

Quiero volver a mi despacho,

encender el ordenador,

y escribir algo.

No puedo,

lo intento,

no puedo conseguirlo.

No soy un Stone.

Seguiré tomando tragos

de ginebra.

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