Rompiendo patrones.

Rompiendo patrones.

Piel de lobo

17/01/2022

Parece fácil decir borrar el pasado, que mi infancia hubiera sido la de cualquier niño, que mi inocencia en mi hubiera permanecido y entender la realidad justo después de crecer. Lo cierto es que se me robó el tiempo de soñar, las pesadillas sabían más a realidad que a ficción y la palabra dolor la tuve que aprender demasiado rápido. Mientras los niños deseaban ser héroes yo deseaba construir una coraza donde poder esconderme, refugiarme de un mundo que para mí por aquel entonces, era hostil. Y al final lo conseguí, me volví más dura que una roca, a base de golpes, de abandonos, de que me pusieran en segundo lugar. Aprendí que si no me cuidaba yo como mi mejor tesoro, nadie podría cuidarme. Así surgieron mis años más oscuros, llenos de irá y sed de venganza, me costó varios años entender que era a mi a la que le estaba haciendo daño, destruyendo, marchitando, así era imposible volver a florecer. Dicen que la vida no es suerte ni es casualidad pero a veces es injusta cuando creces al lado de personas que no saben el significado de la palabra amar y te toca descubrirlo por ti misma. Y cuánto más conoces de ese significado más te das cuenta de todo lo lejos que has estado. De poder sentirlo, de poder hacer sentir a los demás. Algo que parece imposible de repente se vuelve el acto más puro y lleno de belleza, aprender a amar sin miedos, sin tristezas. Puede llevar años y años romper tus cadenas, soterrar tus patrones. No es nada fácil despojarte de tus creencias. Darle la espalda a quienes te obligan a ser como ellos. Pero vale la pena, vale la vida descubrir la verdadera felicidad, la verdadera libertad. Y es que esa será mi mejor herencia. Ese quizás es mi destino o el sentido de mi vida. Sé que cuesta, sé que he llegado muy lejos pero que aún me queda camino. Yo no he venido al mundo a repetir la vida de alguien más, yo vine al mundo a escribir mi propia historia sin que nada me pueda limitar.

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