Amor en vida y muerte

Amor en vida y muerte

Lobo de Oz

05/01/2022

Me encuentro acostado en la cama, pensando vagamente, sintiendo como la vida se me va lentamente, me duele la mandíbula de no haber articulado alguna palabra por varios días, mi aspecto es igual al del indigente que se pone en el semáforo de la esquina, poco a poco voy muriendo, aunque una gran parte de mí, murió hace poco, cuando tu partiste de este mundo y como te lo dije algún día, tu rostro será lo último que tenga en mi mente cuando me llegue la hora, esa imagen jovial, fresca, viva en todo sentido.

Me duele que hayas partido antes que yo, sin embargo, no sé cómo hubieras actuado si se invirtieran los papeles, desde el día que te sepulte, cuando avente el ultimo puño de tierra, una fuerza poderosa se llevó mis ilusiones, se me apago la luz de un solo golpe, sentí que la cabeza me explotaría, un gran vacío, uno inexplicable. Fui a casa, caminando, quise pasar debajo de esos árboles frondosos y llenos de flores, por aquel lugar que caminamos tantas veces cuando iba por ti al trabajo, llegué a casa y me pareció ver tu silueta tras la ventana, solo fue alucinación mía una de tantas que empezarían a partir de ese día.

Los días siguientes fueron grises, el sol no se asomó para nada, también me abandono, un frio viento golpeaba la casa y a cada ruido imagino que eres tú quien camina. Deje de comer, de salir, de regar el jardín, de responder el teléfono, solo nuestro fiel perro me acompañaba, entraba por la puerta trasera por comida, iba a mi lado y me pedía un apapacho, el también sentía lo mismo que yo, ese gran vacío.

Por mas que trato de olvidarte, todo me recuerda a ti, cierro los ojos y te veo, puedo sentir la sensación al tocar tu piel. Aun recuerdo el ultimo beso que te di, tus labios fríos sin responder a los míos, tus ojos cerrados y tus manos frías duras sin poder entrelazarse con las mías.

Ya ha pasado un mes y mi vida sigue igual, los vecinos me ven y no me hablan, piensan que estoy loco y si aún no lo estoy me falta poco. Por la noche, el perro empezó con ladridos raros, sentía temor y lo abrace tan fuerte que, aunque no lo creas, ambos lloramos, platique con él y le dije que anhelaba la muerte como nadie en este mundo, que ansiaba partir pronto para reunirme contigo.

No sé si ya estoy en la fase de locura, pero puedo jurar por lo más sagrado de este mundo, que, al filo de la media noche, un ser misterioso apareció en ese momento de la nada, no pude verle a la cara, pero me pregunto que, si estaba dispuesto a pagar cualquier precio por volverte a ver, no lo pensé, dije si, con la misma emoción que un niño pide un helado, asintió con la cabeza un sí y acto seguido me desvanecí, sin saber más de mí.

Me quede dormido en el piso, pero algo raro pasa, puedo ver mi cuerpo tirado mientras otro yo se desplaza tranquilamente, con calma, con una paz, creo que he muerto, así sin dolor, solo anhelando volver a verte y abrazarte, aunque sea por un corto tiempo.

Camino como si supiera adonde me dirijo, aunque nada se me hace familiar, el lugar es un tanto como si estuviera oscureciendo y se tuviera muy poca luz, hay arboles altos, la mayoría con pocas hojas, algunos secos y un frio viento corre emitiendo un pequeño silbido. voy de prisa caminando como si algo se me escapara, como si supiera que voy a volver a verte.

He llegado a una sala, una persona se acerca y me dice bien venido, le pregunto qué en donde estamos, ¿Cómo? No te explicaron las reglas, solo muevo la cabeza y me dice, no eres el primero que hace las cosas sin pensar, no entiendo nada…

Me explica que estoy en el bosque del descanso, sigo sin entender y me dice que hace tres días, en la casa, un ser me visito para hacer un pacto, yo acepte y no se bajó que condiciones. Se me explica que hay una fuerte batalla en el mundo, un ser malvado de corazón duro, seco, vacío quiere que el amor acabe, que todos seamos como el, su misión, un mundo sin sentimientos. Yo apresurado por saber que podía volver a verte, acepte ser un alma en pena, dura, fría, con las entrañas llenas de odio, para ahora buscar yo una víctima y traerla al bosque.

No lo pensé, y no me importa, pero ahora me dicen que solo tengo 9 días para verte, para estar contigo, todo será como si estuviéramos vivos, consientes de todo, del aroma de las flores, de sentir un rico café, helado o vino, podre volver a verte, sentirte, tocarte, abrazarte…todo lo que un día hicimos lo podemos volver a vivir. Me ponen una insignia en el pecho, una marca que me identifica como un futuro ser vacío, y que importa eso, si al partir yo ya estaba así.

Ahora aprovecharemos estos días para hacer las cosas que siempre postergamos, ir a comer, ver películas, caminar, jugar billar, bailar, correr, ir a un lugar donde haya nieve, hacer todos esos planes que se quedaron solo en eso.

No me dicen hacia donde tengo que ir, solamente me hacen una seña invitándome a caminar hacia cierta dirección. Siento que en cualquier momento te voy a encontrar y voy alerta, veo para todos lados, hay pocas personas, pero ninguna eres tú, observo su caminar, el movimiento de sus manos, el largo del pelo, necesito encontrarte ya, no puedo dejar pasar ni un segundo.

Sigo avanzando y de repente entre los árboles y arbustos, veo una hermosa cabellera negra, mi corazón palpita como loco, no hay duda eres tú, camino más de prisa y antes de hablarte todo se paraliza, a mi mente llegan recuerdos, miles de ellos, sobre todo aquel cuando te vi por vez primera, con esa hermosa mirada y una sonrisa divina, recuerdo la vez que toque tu mano para caminar juntos y aquella primera vez que bese tus labios.

Me animo y toco tu hombro, tu volteas y me dices ¿Por qué has tardado tanto?, no te respondo y te abrazo, puedo volver a sentirte, que hermosa sensación, puedo oler ese aroma tuyo tan único. Tal parece que estas al tanto de todo porque me dices, ven vamos de prisa que el tiempo corre, yo pregunto adónde y me dices sígueme, vas con largos pasos como si alguien nos persiguiera y si, nos persigue el tiempo, esa cuenta regresiva que acaba de iniciar.

Tomamos un autobús y poco a poco nos alejamos de ese ambiente obscuro para llegar a un lugar verde, con pasto, árboles y flores coloridas, nos dirigimos a una pequeña cabaña que esta al fondo de un camino, a lado hay un lago y un pozo de agua. Entremos y nos acomodamos en el sofá, solo me pides que te abrace y yo gustoso lo hago por varios minutos.

El silencio se rompe y me dices que quieres ir a un sin número de lugares, aquellos que tanto te prometí y que siempre por cualquier cosa terminaban en la lista de espera. Acordamos salir temprano, y sales al patio, te sientas sobre una roca grande, sacas un cigarrillo de tu chamarra, lo enciendes y das un gran jalón al cigarro, como si eso te inyectara vida, volteas a verme y me dices ven, fumemos juntos para sentir la paz de este lugar, lo hacemos y vamos nuevamente adentro, tomados de la mano, caminando despacio.

Comemos algo y me dices que quieres descansar, yo igual me siento agotado. Pasamos a la cama, te acurrucas y yo te abrazo, te recuestas en mi pecho, después nos damos un beso intenso, fuerte, largo, como si quisiéramos demostrar en el, las ganas de estar juntos, acaricio tu cabello como un niño, juego con mis manos sobre tu cuerpo, necesito tocar cada parte de ti, corroborar que estamos juntos, completos, no sé si vivos, pero juntos. Nos quedamos dormidos abrazados, y el despertar así a tu lado, es maravilloso.

Tomamos un café y salimos de prisa, el tren esta por salir y apenas tenemos tiempo de llegar. El recorrido consta de diferentes paisajes, montañas verdes, áridas, tierra rojiza, café, rocas planas, grandes veredas y ríos cristalinos. Por fin llegamos a nuestro destino, se está haciendo tarde, el tren hace una parada y nos bajamos, tu diriges el andar nuestro, llegamos a una caballeriza y como si todo estuviera sincronizado sale un hombre y nos entrega dos caballos, no sé a qué se debe este gusto, tú y yo nunca montamos, pero creo que es algo que alguna vez planeamos.

Nos dicen hacia donde podemos ir y enfilamos hacia ese punto, pequeños arbustos hay en la orilla del camino y empezamos a galopar, el viento mueve tu cabello y tu sintiéndote libre, aceleras un poco, vas corriendo y yo tras de ti, llegamos a un rio, y pasamos a que los caballos tomen agua. Es una vista increíble, agua cristalina, pasto verde, una rocas grandes y pajarillos cantando, decidimos descansar un rato, pero tomando en cuenta que pronto va a obscurecer.

Ponemos una pequeña manta para descansar, estamos agotados, pero aún tengo fuerzas para darte un beso, acariciar tus lindas mejillas y sentir tu respirar, ese respirar que indica que tenemos ganas de estar juntos de demostrar ese amor, por lo que, mis manos empiezan a recorrer tu cuerpo, tú te dejas llevar y solo pides que no pare, que quieres que despierte esas miles de sensaciones en tu ser, los besos suben cada vez mas de intensidad y los cuerpos poco a poco entran en calor, tu demuestras esas ganas de sentirte amada, yo muerdo tus labios, tu espalda, quiero tenerte como tantas veces, haciéndote volar, que te olvides de todo sin importar donde estamos.

Escucho el palpitar de tu corazón, mientras recorro cada parte de ti, es como si fuera la primera vez que lo hacemos, tú te olvidas de todos y me dices que lo hagamos como si fuera la primera y última vez, no sé por qué lo dices, pero nuestros cuerpos siguen en comunión, entregándose a un ritmo al aire libre, en medio de la nada, por las aves y flores como testigos.

Quedamos abrazados viendo el cielo estrellado, pues ha caído la noche, es maravilloso estar a tu lado así, sin nadie que nos moleste, pareciera que el mundo es solo nuestro.

Regresamos al poblado y nos hospedamos para al día siguiente salir.

Así pasan los días y el tiempo se agota, llevo mi registro de todo lo que hacemos.

Día 1 Viaje en tren y cabalgata

Día 2 Subida a una montaña

Día 3 Patinaje sobre hielo

Día 4 Concierto de música

Día 5 Cine y teatro

Día 6 Playa con viaje en yate

Día 7 Museos y danza

Día 8 Caminata por el parque, café, comida china, platicas sin inicio ni fin

Día 9, como me duele que llegue ese día, pues los demás han sido maravillosos, no he dejado de alagarte un solo momento, de tomarte de la mano al cruzar la calle, de ser cortes, amable y cariñoso contigo, pero el tiempo no se puede detener y por fin ha llegado el ultimo día juntos. No sabemos cómo reaccionar y nos quedamos a descansar, no queremos soltarnos de las manos por temor a ya no poder tomarte de nuevo. Siento como la vida se me va poco a poco, no sé qué pasara con nosotros, y poco a poco llega el atardecer, nos dan ganas de salir corriendo a algún lugar donde no nos encuentre el destino, pero es imposible.

Llega la media noche y estas recostada, un viento entra por la ventana y sé que ha llegado el momento, veo cómo te esfumas, como te desprendes y sales por la ventana, salgo a ver corriendo pero es inútil, todo termino y nuevamente siento ese vacío en todo mi ser, me quedo sentado y nuevamente llega este ser que me visito hace pocos días, esta de espalda hacia mí y habla con una voz fuerte imponente, me dice que mi tiempo se agotó y que soy afortunado de haber vuelto a sentir ese amor, pero que ahora tengo que encontrar a una persona que viva lo mismo que yo para ganar así más seres vacíos.

Llego a un punto que no sé qué hacer, escucho miles de voces en mi cabeza, mis ideas se desordenan, se entrelazan, estoy confundido, no sé dónde estás tú, que fue de ti, me tortura la pregunta de si alguna vez pensaras en mi o me dejaste por completo en el olvido.

Alguien viene y no, no quiero que llegue, no quiero que habrá esa puerta, yo quiero seguir imaginando historias contigo. Los hombres de blanco llegan a mi celda, dicen que estoy loco, que así quede por un amor que nunca tuve, que nunca logre despertar ese amor en ella, que nunca me correspondió y que ahora imagino historias y las cuento día a día, algunas las escribo como puedo en mi fría celda, aunque me lo prohíban no dejare de hacerlo, es la única forma de mantener tu recuerdo en mi memoria.

Espero a ti la vida te esté tratando bien y seas feliz muy feliz.

Autor: Lobo de Oz

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS