Contigo aprendí

de paradojas,

de cosas inevitables

como la lluvia.

Contigo aprendí a aferrarme

de lo que nunca tuve.

Eres noche, eres estrella,

miradas, lágrimas, promesas y poemas…

Eres vid de poesía.

De tus sarmientos cada día

se desprende solitario un verso

y mi pensamiento

como un zarcillo te aferra.

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