¿Has sentido alguna vez que no eres de aquí? ¿un sabor a que no encajas en ninguna parte? nuestros cuerpos fueron creados con elementos del infinito universo incluyendo nuestro hogar el planeta tierra y también absolutamente todo lo que conoces, donde estamos encadenados en medio de normas absurdas y la falta de valores, entre nuestras mundanas vidas, llenas de tensión y estrés. Muy pocos se atreven a pensar si realmente son libres. En nuestro afán de querer encajar en la «tribu social», debemos ir a un ritmo frenético consiguiendo objetivos establecidos antes que se acabe nuestro tiempo, una carrera contra reloj donde no hay tiempo para nada, donde se piensa mas en el pasado y en el futuro que en el presente. Invadidos por el consumismo, disfrazado de fiestas religiosas, culturales y expectativas sociales, tecnología que nos aleja de las personas que tenemos al lado para estar con los mas lejanos, prisioneros voluntariamente en una burbuja, normas sociales injustas y amenazados por castigos. Vivimos encarcelados en cuerpos físicos y un sistema establecido. Seguimos las reglas del juego, las modas, incluso gustos y patrones que se repiten hasta la saciedad, lo que convierte a la mayoría de la gente en autómatas viviendo una ilusión de lo que creen es «felicidad». 13.800 millones de años le tomo al cosmos crearnos, solo para vivir un parpadeo en el infinito universo, que no dura mas de 100 años, no somos mas que materia estelar que ha despertado a consciencia en un momento de efímera existencia para volver luego al cosmos. Faros parpadeantes en la inmensidad cósmica. Aquí va nuestra pequeña mota de polvo bailando al ritmo de las pequeñas estrellas, nuestra historia, nuestra flora y fauna, nuestros prejuicios, sueños y plegarias, nuestras penas y alegrías, nuestros problemas en vasos de agua, nuestras guerras, nuestro amor y sobre todo, nuestra esperanza. Un llamado al cielo por nuestros sentimientos de soledad y agonía de un mundo totalmente poblado donde pareciera que estuviese completamente vacío, nadie habla, nadie escucha, nadie ve, nuestra inconsciente falta de libertad la cual nunca tendremos terrenalmente, donde nos empeñamos mas en sobrevivir que vivir. Donde en algún punto, ya comprendiendo del pequeño parpadeo que es nuestra vida, realmente creo que muchos no saben si quieren ganarse la vida o comenzar a vivir la vida. Todo, compactado en un pequeño grano de arena en medio del infinito.

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