En un barco a la derriba, voy navegando los siete mares.
En el voy admirando las esplendidas maravillas,
En el voy apuntando la trayectoria poco predicha.
En el voy Conquistando mis más Intensos sueños,
Mis exorbitantes derrotas y mis más Vehementes anhelos.
En el cofre de mi barca voy guardando mis valiosos hallazgos.
Voy agrupando hermosas memorias;
Almaceno lo que me brinda Alegría,
lo que enriquece mi alma de Entendimiento,
perspicacia y sobre todo Sabiduría.
Conquistó amigos valiosos, de esos qué a tú lado están
y en los momentos difíciles siempre muestran lealtad.
Aprendo de no ser jamás cómo esos traidores
que con puñal te quieren atravesar, matando todas tus ganas, tus ganas de soñar.
Si quiero guardar en mi cofre, tesoros como nunca jamás hallados, así como ésas miradas penetradoras,
sonrisas arrebatadoras y ni hablar de esas irresistibles caricias tan enriquecedoras.
Eso sí que son hallazgos cómo nunca jamás vistos,
son sentimientos incomparables que merecen mi pleno juicio.
Quiero qué el amor qué conquiste sea puro y veraz,
que su limite sea hacerme sentir plena felicidad.
Ese amor qué enriquece de dicha, satisfacción y placer;
Ese amor loco, que te deja con mucha más sed.
Deseo reconocerme como la Conquistadora de mis senderos.
Quiero que cada una de esas huellas no sean solo mías…
más bien que sean formadas por esas esplendidas memorias
mediante la travesía de mi vida.
Navegando seguiré, hasta culminar con mi curso;
allá en ese lugar hallado, dónde conquistar esta alma perdida
será más que un sólo cuento;
donde el cofre de mi biografía, valga más qué mil talentos y dónde conquistar siete mares sea un sólo breve trayecto.
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