¿Cuál fue mi delito?

Se preguntaran porque la pregunta bueno les tendré que contar.

Paso en el año 1945, yo emigraba para Alemania en busca de una vida mejor y un futuro mas feliz para mis hijos. Ya que en el lugar donde estaba , en la Unión Soviética, corrían riesgo de ser confundidos de enemigos por el KGB, como le paso a mi esposa.

Me encontraba en la frontera alemana, cuando un soldado de la SS me dice:

– Hola, me llamo Hans. Soy soldado de la SS, ¿Qué necesita estimado?- 

– Buenas tardes, me llamo Jhon, mucho gusto Don Hans. Necesito obtener la ciudadanía alemana, estoy en busca de una vida mejor- Le respondí-.

– Bueno, le hare el registro pase.- Me dijo muy amablemente.

Entre tímidamente al despacho de registro, era un lugar bastante chico, y había un olor a encierro de casi 1.000 años.

Cuando entre, un soldado de la Heer se pone atrás mío. Este llevaba un arma, como si se tratara de algún atentado o alguna cacería de algún animal. 

-Bien Jhon, préstame tu pasaporte por favor.- Me dijo el SS, a la cual le respondí.

– Señor…. Yo no lo tengo a mi poder….- 

– ¿Como?- Me pregunta muy sorprendido.

– Es la verdad no lo tengo…. No me lo han dado…..- Le respondí con miedo

– Ya veo, es un refugiado.- Me respondió sospechando de mi

– ¿ Re- refugiado?- Le respondí con mas miedo, en ese momento me di cuenta que la cosa se estaba poniendo medio áspera.

– Si, refugiado…. Esta huyendo hacia Alemania por sus pensamientos o por la guerra ¿ o me equivoco?- Me pregunta como si se tratase de algún tipo de misterio.

– Emmmm.. Si …. De la guerra…. Tengo hijos…. Están en Argentina, allá están a cargo de una amiga Jocelin.- Le respondí. Yo ya estaba sospechando de que algo malo me iba a pasar pero no lo que ocurrirá mas tarde.

– Bien….. Su nacionalidad ¿Cuál es?- Me pregunta

– Emmmmmm…. Si lo digo me afectara a mi.- Le respondí, sin saber lo que iba a suceder.

– Bien. Su religión ¿Cuál es?- 

– Católica- Le respondí 

– Bien…. Y Su ideóloga política ¿Cuál es?-

– No me interesa la política, solo quiero que no haya guerra y que haya igualdad ante todos… Porque así como somos iguales ante el Supremo también somos iguales antes la Muerte- Le dije, Como quien no quisiera la cosa.-

– Bien….. Solo falta su nacionalidad. Dígamela ahora o se ira con los judíos.- Me contesto como si el se hubiera transformado en un psicópata, frío y sin sentimientos.-

– Bien… Se lo diré …,. Soy nacido Soviético. Pero vine en paz… Solo quiero la ciudadana nada mas….. No pretendo nada…..- Le respondí

– Bien….. Hablare con un superior ya regreso.- Me dijo con una sonrisa de un psicópata de oreja a oreja.

Había un silencio como si alguien había muerto, pero eso me tranquilizaba un  poco. Fue algo tenso la conversación y los «Bien» de Hans. No me dejaba de perseguir. Me sentí como si fuese el peor humano de la historia, fue algo tan incomodo que no tengo palabras para explicarlo.

Despues de media hora entra Hans y el jefe del ejercito.

Hans se pone atrás mío. 

Yo me doy la vuelta lentamente para no ser descortés con el hombre, y saludo al jefe (vamos a ponerle Adolf), para no sonar un mal educado.

Hans sonríe y me dice:

– Date vuelta y pon las manos atrás, te atrape comunista- Con una voz terrorífica, digna de un personaje de película de terror.

En ese instante no se me ocurrió otra cosa que decirle que no era comunista, solo nací en tierras rojas pero no define mi manera de pensar que me suelte y si quiere que me regrese. Recuerdo haberle llorado y suplicado que no me mate.

Adolf, se me acerca y me dice:

– Si no quieres morir colabora con Hans. Así no se generara pánico ¿Esta?.- Con voz baja y cerca de mi oído. A la cual asentí , no tenia otra mas que entregarme.

Me llevan a prisión, Adolf se encuentra justo a lado mío.

Ambos alemanes se ríen, Se ríen porque saben que les tengo miedo, saben que no puedo hacer nada mas que obedecerle.

Adolf le dice a Hans que se retire, que ha llegado la hora de interrogar.

Adolf se acerca y dice:

– Bien, ¿Por que razón quieres entrar a a Alemania ?.- Con un tono de ira

– Señor , le digo lo mismo que le dije a Hans, para una vida mejor, en Son de paz, solo quiero trabajar, aunque sea de mesero o lava carros.- Le conteste.

– ¿Así? jajajajjajajaj….. Un soviético no tiene oportunidades aquí… Son ratas , iguales que los judíos, Nada mas que blancos y rubios .- En ese momento me enoje, Sabia que se estaba burlando, Pero no podía hacer nada mis hijos me necesitaban.

Pase 10 días en la cárcel hasta que me trasladaron aun campo de trabajo en Berlín.

Yo sinceramente, lo había tomado ya como si fuese un ciudadano, no me importaba si iba a pasar frio o hambre, solo que no me imagine el infierno que seria eso.

Mi 1º noche estuvo bien, pero ya para el 3º da empezó los abusos. 

Me golpearon sin razón, me apuntaron con armas e incluso disparaban para ver si realmente me larga a correr, claro que si, cualquiera en su sano juicio se larga a correr cuando escucha un disparo, al menos que quieras morirte.

Fueron 12 días de internos abusos, 12 días en un maldito infierno. Todo  por qué, porque mi delito era ser ruso o eso supongo yo.

Ya a mis 92 años, sigo sin poder dormir tranquilo por las noches y durante el día con miedo a que me maten, a pesar que paso 16 años de aquel infierno. No culpo a los alemanes, ni tampoco a Hans ni a Adolf, Estos dos estaban haciendo su trabajo y los alemanes estaban resguardando la su propia vida y las de sus familias. Solo les pido que no olviden lo que paso aquella vez donde un hombre austriaco con nacionalidad alemana implemento la guerra y el odio sin ningún motivo a cualquiera que no sea un alemán de nacimiento.

Aun no entiendo cuál fue mi delito en ese tiempo…

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