A veces la miseria y la fortuna vienen con la misma cara.

Mucha gente llama al diente de león hierba, por desconocimiento. Sin embargo esta pequeña lleva dentro de sí un propósito para existir.

Resulta que cuando el suelo está demasiado duro o planchado, esta hermosa planta puede aflojarlo con sus raíces además de llenar el suelo con déficit de calcio con sus hojas muertas, por esa razón crece allí, es decir, que esta pequeña planta está aquí porque el suelo la necesita, y aunque a menudo es arrancada prematuramente de raíz, vuelve dos veces más fuerte hasta que cumple su obra de mejorar la tierra.

Es una de las flores que anuncia la primavera y es generosa con ciertos insectos ya que tiene néctar y polen. Proporciona una cantidad significativa de minerales, incluidos el hierro, el calcio, el magnesio, el potasio y el silicio…

Una vez que aprendes sobre esta pequeña planta, descubres algo importante, o por lo menos en mi caso fue así…

Descubres que hay situaciones en la vida que aunque vienen en tiempos de miseria, suceden porque necesitamos que sucedan, para poder crecer y ver otra visión de los hechos que se estaba escapando de nuestra vista. Nacen para nutrir nuestro corazón, aunque al principio no lo aceptemos.

Cuántos infortunios han resultado en mejorarnos como personas, aun cuando los hemos estimado como hierva que debe ser expulsada, pero que vuelve a manifestarse con más fuerza, hasta que cumple con su misión de enseñarnos una lección. Lección que nos proporciona beneficios que anteriormente no imaginábamos palpar.

Son infortunios que anuncian una primavera, aunque nuestro seco y duro corazón no lo comprenda así. A veces las pequeñas cosas pueden volverse mágicas cuando las miras más de cerca. Lo que parece solo hierba mala, puede transformar tu alma en una hermosa primavera. Quizás puede que estés enfocando tu mirada solo en lo malo, porque no has dejado que el pequeño diente de león abra sus hojas y comience a alimentar tu corazón con los minerales que más le hacen falta.

En vez de huir con vehemencia de tu infortunio, de tu tristeza, de tu dolor o desgracia, por qué no le das la oportunidad de que se desarrolle como debe, y haga la obra que tiene que hacer en ti.

Nada sucede solo porque sí, algo lleva dentro de sí cada planta que crece en tu Jardín…

Quien sabe, tal vez el diente de león que ha comenzado a crecer en tu corazón, lo necesitas para limar algunas asperezas, aunque tú lo estés viendo solo como una molesta hierba.