En Abril de 2010 durante el mandato de Barack Obama, Julian Assange se habría convertido en noticia mundial, al revelar la divulgación de 77.000 documentos militares y 400.000 informes sobre la guerra en Irak.
Gracias a ello el mundo pudo ver imágenes de torturas y asesinatos deliberados a civiles por parte de los soldados norteamericanos.
Sin mencionar las filtraciones de correos entre empresarios y políticos como la ex candidata a la presidencia de EEUU Hillary Clinton que evidenciaban una red de pederastia en las altas cúpulas del poder o por ejemplo, las conversaciones que tenían las agencias de seguridad e inteligencia de EEUU con los derechistas adversarios del hoy presidente López Obrador, en una clara violación a nuestra soberanía.
Assange definiría esta hazaña como «traer a la luz las políticas de gobierno de conspiración y miedo».
Esto provocaría que la entonces secretaria de Estado de Estados Unidos pidiera que la Justicia condenara a Assange, sin embargo su plataforma digital se siguió fortaleciendo para no solo exponer acciones cuestionables de diferentes gobiernos, sino también de poderosos grupos corporativos.
Como ejemplo, Assange denunció en aquel comienzo de año 2011 que grandes corporaciones estaban vendiendo a diferentes gobiernos sistemas de espionaje ilegal contra sus ciudadanos, a través de sus celulares, correos electrónicos y redes sociales.
Meses más tarde de las filtraciones de documentos del gobierno estadounidense, Assange fue detenido en Reino Unido después de que Suecia ordenara su arresto como sospechoso de un delito de acoso sexual.
Pues según las autoridades suecas Assange violó a una mujer y acosó sexualmente a otra en agosto de 2010, durante una visita a Estocolmo para dar una conferencia.
En noviembre de 2010 Interpol emitió una orden judicial para su arresto, aunque se le concedió la fianza un mes después, cuando sus seguidores recaudaron 240.000 libras esterlinas.
Los siguientes meses los pasaría luchando contra la orden de extradición a Suecia.
Para muchos, no fue casualidad que en medio de las filtraciones sobre crímenes de guerra echo por Assange, se hayan echo estas acusaciones, pues la fabricación de delitos llega a ser incluso predecible en estos casos.
Más aún, autoras como Christina Hoff Sommers, han denunciado ya en libros como «Who Stole Feminism?» Que posterior a la primera hola del feminismo, emananaron dos movimientos totalmente distintos entre sí.
El feminismo libertario o individualista, inspirado por las ideas de la ilustración y el liberalismo clásico pregonado por autores como John Stuart Mill o Elizabeth Cady Stanton, y las consecuentes revoluciones burguesas, como la Francesa o la independencia de EEUU.
Y el feminismo de género, que pregona que existe un sistema injusto de incapacidad legal y social hacia la mujer, llamado patriarcado, de la cual se concluye debe haber un combate cultural, a través de una ciencia feminista, una literatura feminista, una epistemología feminista, una música feminista, un lenguaje feminista, hasta llegar a una «justicia feminista».
Y lanza al menos 3 verdades absolutas:
1. Las diferencias entre hombres y mujeres no es biológica, sino social cultural.
2. Los seres humanos solo tienen una motivación social, el poder.
3. las interacciones humanas no surgen de las motivaciones de las personas que se tratan como individuos sino las motivaciones de grupo, en la cual se resalta la relación entre grupos de hombres como categoría homogénea, dominando a mujeres.
Dichas afirmaciones han llevado a este tipo de feminismo a ser clasificado, como anti científico y sin embargo hoy por hoy es esta parte del feminismo, la que se ha hecho hegemónica a nivel mundial.
Y es precisamente este feminismo hegemónico la insignia de Suecia desde hace años y que incluso en 2014 ya se materiiazaba bajo un término llamado «diplomacia feminista».
La manipulación de la realidad, para construir una ideología que permite de manera arbitraria la violación de otros derechos como la libertad de expresión a través de la persecución de activistas como Assange nos debe preocupar a todos.
Tal y como lo advierte Christina Hoff Sommers en otro escrito de su autoría llamado «La guerra contra los chicos: cómo un feminismo mal entendido está dañando a los chicos jóvenes»
Tal parece que hoy la persecución inquisitoria de la élite mundial a cambiado, de ¡Bruja, bruja! A ¡violador, violador!
Pese a la lucha de Assange por no ser extraditado, en mayo de 2012, la Corte Suprema de Reino Unido ordenó que se ejecutara la extradición.
Assange se presentaria días más tarde en la embajada de Ecuador en Londres para solicitar asilo tras asegurar que había una persecución en su contra.
Ya que una eventual extradición a Suecia hubiera abierto las puertas para que Assange fuera extraditado a Estados Unidos, donde podría ser juzgado por filtrar información «clasificada» de ese país.
Seria entonces cuando Ricardo Patiño, canciller de Ecuador, explicaría en una rueda de prensa, las razones por las que Ecuador confrontaria diplomáticamente a países como Inglaterra, Suecia y EEUU.
Dichas 11 razones según el canciller serían las siguientes:
1. Ecuador considera que Julian Assange es un profesional de la comunicación cuya trayectoria como luchador por la libertad de expresión, de prensa y los derechos humanos está avalada por galardones internacionales.
2. Assange publicó a través de WikiLeaks información privilegiada que afectó a funcionarios, países y organizaciones.
3. Ecuador considera que hay indicios de que los países afectados pueden tomar represalias en detrimento de la seguridad, integridad y vida de Assange.
4. Ecuador sostiene que hizo gestiones diplomáticas con varios países para tratar de obtener garantías de que la vida del australiano estará protegida en caso de ser extraditado a Suecia o Estados Unidos, pero éstos no se las dieron.
5. También consideró que es factible la extradición de Assange a un tercer país fuera de la Unión Europea sin las debidas garantías para su seguridad e integridad personal.
6. Cree que, en caso de ser extraditado a Estados Unidos, Assange sería juzgado por tribunales especiales y militares en los que recibiría un trato cruel o degradante, y que podría ser condenado a cadena perpetua o a la pena de muerte.
7. Ecuador cree que Assange debe responder a la investigación que tiene pendiente en Suecia, pero también considera que la fiscalía sueca le ha impedido defenderse correctamente en este proceso.
8. Asegura que los derechos procesales de Assange han sido menoscabados durante la investigación en Suecia.
9. Australia, país de origen de Assange, no le ha ofrecido protección ni auxilio, según Ecuador.
10. El país sudamericano infiere a partir de declaraciones de funcionarios de Gran Bretaña, Suecia y Estados Unidos que estos países no respetarán convenciones ni tratados internacionales para trasladar a Assange, y que darán prioridad a leyes internas de jerarquía secundaria.
11. Si Assange ingresa a prisión preventiva en Suecia se iniciaría una cadena de sucesos que impediría que se tomen medidas de protección posteriores para evitar su extradición a otro país.
Fue entonces que desde el 19 de junio de 2012, Assange empezaba a vivir en la embajada de Ecuador.
No olvidemos que Assange habría fundado en 2006 el proyecto que más tarde se llamaría WikiLeaks, el cual lo definía como «un servicio público diseñado para proteger a denunciantes, periodistas y activistas que cuentan con información sensible que quieren comunicar al público».
Por lo que para el año 2012 ya llevaba al menos 6 años mostrando una fuente de información incomoda para las élites globales.
Vale la pena para este punto destacar las declaraciones de Daniel Schmitt, cofundador de WikiLeaks, quien describe a Assange como «una de esas pocas personas que se preocupan de verdad por cambiar el mundo para mejor hasta el punto de querer hacer algo radical, arriesgándose a cometer un error, con la motivación de trabajar en algo en lo que cree».
En mayo de 2017 Suecia archivaria y desestimaria las investigaciones por violación en su contra.
Mientras que Assange permaneció encerrado en la embajada hasta abril de 2019 es decir cerca de 7 años sin salir de allí, cuando la policía británica entró a la embajada y lo capturó por incumplir su fianza.
Tan sólo un mes después, el Reino Unido lo condenó a 50 semanas de prisión por haber incumplido su fianza.
Así mismo Suecia reabrió las investigaciones en su contra por abuso sexual, aunque meses despues desestimó uno de los casos por falta de evidencias.
Estamos hablando de uno de los casos más mediáticos sobre censura, más de una década en la que EEUU a acechado al activista y periodista, intentando mostrar un castigo ejemplar para todos aquellos que pisan los intereses de los poderosos.
En la actualidad su país de origen, Australia a rectificado al menos discursivamente su posición sobre el caso, llevando al viceprimer ministro de Australia, Barnaby Joyce a manifestar que «Assange no robó documentos secretos estadounidenses. La ciudadana estadounidense Chelsea Manning lo hizo. Assange los publicó» y agrega «Assange no estaba en Estados Unidos cuando tuvo lugar el asunto que está siendo deliberado en un tribunal en Londres.
La pregunta es: ¿por qué va a ser extraditado en Estados Unidos? Si insultara el Corán, ¿sería extraditado a Arabia Saudita?”
Y concluye diciendo «¿estamos preparados para aceptarlo como un precedente que se aplicará a cualquier otra ley o nación para cualquier de nuestros ciudadanos?”
Aunque lo sorprendente de las declaraciones de Joyce se encuentra cuando afirma que no conoce a Assange y que asume que «no le caerá bien». Lo que nos preguntamos todos es ¿Por qué un héroe que ha desvelado los crímenes de guerra de Estados Unidos y Reino Unido en Irak o Australia no le caería bien?
Estas declaraciones llegaron cuatro días después de que el Tribunal de Apelaciones de Reino Unido reactivara el proceso de extradición al revertir el veredicto de un tribunal de primera instancia, que consideró que había motivos de salud y un alto riesgo de suicido para el acusado en caso de que el proceso saliera adelante.
Riesgos que parecen ya no importarle al Tribunal de Reino Unido, pues según ellos «el riesgo que podía correr la vida de Assange queda excluido debido al paquete de garantías presentado por la parte estadounidense”.
Mientras que el ex magistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, encargado de coordinar la defensa de Assange, mostró su más profundo desacuerdo con la decisión de la corte y señaló en un comunicado que esta “consuma la persecución política desencadenada por Estados Unidos contra WikiLeaks y el propio Assange”.
Esta muy claro que este caso en particular, deja expuestas a las democracias capitalistas de Occidente, mostrando su verdadera agenda global, en donde la libertad de prensa a sido suplantada por la sencura y la persecución.
La estatua de la libertad sirve como máscara para encubrir a uno de los regímenes que más odia la libertad y que se dedicó desde la conclusión de la segunda guerra mundial a encubrir abusos de poder cada vez más brutales.
Ni a Inglaterra, ni a EEUU les importó que según Stella Moris, la prometida de Assange y representante legal, Julian sufrió el pasado 27 de octubre un derrame cerebral en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh.
De hecho, desde el derrame cerebral, Assange recibe medicación para paliar los daños causados.
Cabe señalar que los problemas psicológicos de Julian Assange no son nuevos, ya que en el mes de enero la jueza Vanessa Baraitser, del tribunal de primera instancia, ya aseguraba que Assange había intentado autolesionarse y que tenía tendencias suicidas.
Esta muy claro que ante estas circunstancias, lo que le están haciendo a Assange no es un juicio ¡es una ejecución!
Mientras que los crímenes de guerra evidenciados que militares de Estados Unidos y del Reino Unido cometieron en Irak y en Afganistán contra civiles, niños y periodistas siguen impunes.
Esta muy claro que no solo es un grave error judicial que pone en peligro la vida de Assange, sino que se trata de una decisión que sienta graves precedentes en la vulneración del derecho humano a la libre expresión y a la información.
Pues lejos de ser aplaudido, el acto de WikiLeaks desató una serie de castigos que incluyen la judicialización, denigración, desmoralización, estigmatización y criminalización de Assange, privado de la libertad en una cárcel de máxima seguridad para terroristas.
Lo que observamos es la maldición de Occidente, Assange no es reconocido como el héroe que es, sino como el villano que Occidente necesitaba para continuar con la campaña de sencura, abriendo un antecedente que permitirá legalmente seguir recrudecuendo el trato a todos aquellos que buscan y persiguen la verdad, pues esta claro que la verdad, nos hará libres.
Luis Castillo.
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