Elsa era pobre. Había nacido en un pequeño pueblo del norte de Argentina, ahí no había mucho para hacer para una joven, o sea que cuando pasó su infancia de juegos, empezó a pensar en irse a la gran ciudad. Buenos Aires.

Tenía un don. Su belleza, esa era su única fortuna.

  Un día de marzo tomó un tren polvoriento desde la capital de su provincia para llegar a la capital, allí se alojó en una pensión barata, y con los pocos ahorros que tenía, comenzó a buscar trabajo. Cajera de un gran supermercado, eso consiguió.

  Se sentía estancada, y de hecho lo estaba, el dinero solo alcanzaba para pagarse la pensión y comer. A veces, los domingos iba al cine caro, hasta que descubrió un cineclub que pasaba pelis en blanco y negro, que la aburrían, pero era barato, y el público era amigable, destacaba entre todas la antiojudas con aire intelectual.

  En ese cine, descubrió que su belleza no sería eterna, que se iría con su juventud, y es por eso que decidió aprovechar su don

  Se anotó en una agencia de promotoras de automovilismo, y pronto la llamaron. El trabajo era sencillo, tener la sombrilla al piloto dentro del coche, repartir volantes…y vestirse de manera reveladora.

  Pronto empezó a llegar el dinero, se alquiló un piso, se anotó en una escuela de danza, y ayudó a sus padres.

  Todo iba bien, hasta que vió por televisión que prohibirían las promotoras porque cosificaban a la mujer, y aunque a ella no le importaba, es más, le gustaba mostrarse, y sentir que los hombres quedaban presionados por su belleza.

  Esa tarde se comunicó con la agencia, habló con la dueña. y esta le dijo que no importaba, que le conseguirían otro trabajo. Así fue. Un equipo de futbol de primera estaba formando un grupo de animadoras. Cuando la vieron la tomaron.

El trabajo volvía a ser fácil, agitar unos pompones cuando salía el equipo vestida de marinerita.

  Todo iba bien, hasta que un día se quejó una asociación de MUJERES EN LUCHA que habló con el presidente del club para cesara ese espectáculo degradante para la mujer. Elsa la vió en el noticiero de la tarde, y al ver su imagen, enseguida comprendió porque se enojaba tanto…una envidia verde y corrosiva destilaba.  Al ver la fealdad de esa mujer se preocupó, una persona asi podía ser poderosa.

  Al otro día llamó a la agencia, atendió la dueña llorando. La habían cerrado por una falsa denuncia promovida por estas mujeres.

  Pensó que rapidamente conseguiría ubicarse, pero no fue así, todas estas actividades se habían prohibido por la acción de estos movimientos, hasta las reinas provinciales de belleza estaban prohibidas. Pensó que pronto pasaría, que había del otro lado hombres que se plantarían ante estas barbaridades, pero no, no hubo huevos, se dejaron arrastrar por este movimiento, y declararon terminadas estas actividades.

  Las cosas comenzaron a estar mal, el dinero dejó de entrar, y antes que se acumularan deudas, buscó trabajo en un cabaret como bailarina de caño. La tomaron inmediatamente, y el dinero volvió a entrar.

  Una noche de viernes el regente del cabaret la llamó para decirle que el show había sido prohibido.

  Todo se empezó a desbarrancar, no quería volver a ser cajera, y en los trabajos en que había brillado estaban prohibidos.

  Sus padres necesitaban dinero y ella ya no los podía ayudar…Fue a la cocina para preparar la cena, abrió la hornallas, pero esa noche pasó de encenderlas, se acostó y se durmió para ya no despertar.

  En el noticiero de la tarde estaba la presidenta de MUJERES EN LUCHA, anunciando el éxito de las acciones tendientes a erradicar la cosificación de la mujer.

 

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