No hace falta que lo digas. Te entiendo. No eres mala amiga, pero siempre eres tú primero. No eres mala hija, pero tu prioridad no es realmente la familia. No eres una cualquiera, pero te acostaste con muchos y los niegas. No eres una interesada, pero sales solo con aquellos que te pueden ofrecer un futuro. No eres débil, pero lloras a solas. No quieres que nadie note tu dolor, pero das pequeñas señales.
¿Tiene algún valor aquello que escribimos antes de un «pero»?
No te preocupes solo eres mala persona, pero nadie lo nota.
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