La noche me brinda su suave luz
su fresco preciso , su brillo colmado
camino imaginando cada parte de mi vida
mis sueños , mis pasos
cruzar una y mil veces el rio del dolor
el mar del desencanto
no es mas que una prueba de amor propio
de crecimiento sin vivir en vano
aprendo de la ausencia
de ese amor que me provoco tanto letargo
reúno cada pieza de este rompecabezas
que cada veinte años se desarma a lo impensado
vivir en un bucle , sin reconocer y querer negarlo
es todo lo que me trae al alba
con mis faros desvelados
pienso , escribo , siento , rompo en llanto
todos lo caminos conducen a roma
y no quiero aceptarlo
en el callejón de mi corazón
en lo profundo, casi enjaulado
vive presa la incertidumbre
la incógnita de saberme encerrada en un sueño
sin poder exteriorizarlo
ambos sabemos que así será
que así fue , que así matamos
cada palabra externa, cada ruido juzgando
es un preludio sin fin, que pecado amarse tanto
vuelvo siempre a mi novela, a mi obra de teatro
mi papel me obliga a retenerte, en mi interior, en mi desgano
en la dolencia de saber que me seguís haciendo daño.
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