El renacer de la educación.

El renacer de la educación.

Kardelis Aquino

10/12/2021

   El texto “La necesidad de una escuela tipo Pitagórica” fue escrito por Ofelia Berrido y publicado en el periódico Listín Diario, el 6 febrero del 2007. Este escrito nos enseña sobre la educación Pitagórica y cómo ésta incentiva la búsqueda de la sabiduría a través del desarrollo interior. La autora explica el peligro que representa la ausencia de un adoctrinamiento que enriquezca y eleve el ser. Con la falta de este tipo de enseñanzas, tenemos como resultado el sistema educativo actual.

   Ofelia Berrido es de origen dominicano. Es egresada de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) donde adquirió el título de medicina, con una especialidad en Ginecología y Obstetricia y una subespecialidad en Oncología Ginecológica. También cuenta con cursos y maestrías en distintos países, uno de ellos Puerto Rico. Comenzó a escribir a los trece años; su joven mente literaria se enriqueció gracias a las culturas de todas aquellas tierras a las que viajaba. Es preciso añadir, que en la biografía de Ofelia se menciona el contacto en algún punto de su vida, con las enseñanzas de la institución Pitagórica y esto se refleja en su obra “La necesidad de una escuela tipo Pitagórica” cuando dice: “tomemos de ejemplo esta extraordinaria Escuela”.

   Este es un texto que está escrito en prosa. Pues aunque se pueden encontrar tropos y elementos paratextuales en los diversos párrafos, no cuenta con versos. También podemos afirmar que su género es periodístico, al ser publicado en el Listín Diario en el año 2007. Asimismo, se puede considerar discursivo, pues presenta un problema (la sociedad llena de lacras y muertos en vida) y la solución a este —traer de vuelta la educación que enriquece el ser—. El escrito se divide en cinco párrafos que están divididos (derivación) en tres partes: introducción, desarrollo y conclusión. Cabe destacar, que estos no siguen las reglas pertenecientes a esta unidad temática, pues su primer y cuarto párrafo constan únicamente de dos oraciones, cuando el mínimo es cuatro y el máximo seis.

   En el escrito es evidente el uso de un nivel de lengua culto: técnico, literario. A medida que avanzamos en la lectura, Ofelia nos sorprende con términos como: “lacras” que hace referencia a una herida, o a una persona en forma despectiva, e “influjo” (párrafos 1 y 4). Estos conceptos ciertamente no son de uso cotidiano. También cuenta con vocablos que tienen más de un significado, ejemplo: “en tanto tus palabras no sean justas”. Las diversas definiciones para la opción destacada son: que obra según justicia y razón; O exacto, que no tiene en número, peso o medida ni más ni menos que lo que debe tener. En su primer párrafo la emplea para referirse a las opiniones de las personas.

   La autora utiliza figuras literarias. En el cuarto párrafo escribe: Una dirección dirigida a elevar al ser humano, esto es una derivación ¡Y qué extraño suena! (exclamación). Por otro lado, también emplea elementos paratextuales. Uno de ellos se puede ver en el momento que hace referencia a los jóvenes del siglo XXI (números romanos, encontrados en el último párrafo). En definitiva, Ofelia tiene un amplio vocabulario, y sabe cómo usarlo. Sin embargo, eso no la priva de cometer errores de estilo, un ejemplo de esto es la repetición tanto al inicio como al final de su obra, la máxima que representa la escuela Pitagórica. Esto le resta agilidad al texto y lo torna repetitivo.

   Al estudiar con esmero el escrito (aliteración), es clara la relación que hay entre algunas palabras y frases con el título. Se puede utilizar de ejemplo la palabra escuela —la cual es vista varias veces en la lectura—, que se relaciona con: estudiantes, enseñanza y examen. Otra muestra, esta vez al escoger una frase relacionada con el caso anterior, es cuando habla sobre la educación para la mente y el alma en el párrafo 5. Todo esto ayuda a fundamentar el texto; con ello se consigue la calidad deseada y una fácil comprensión.

   El texto cuenta con una progresión temática fácil de identificar. Las ideas principales se mezclan a la perfección con las secundarias, esto hace que la progresión constante esté bien ejecutada. En el primer párrafo, la idea principal habla sobre los matemáticos —término usado para referirse a los estudiantes pitagóricos—, y cómo estos valoraban el silencio. En relación con lo anterior la idea secundaria, enriquece el escrito al mencionar la máxima de la escuela: “en tanto tus palabras no sean justas, armoniosas y sabias y tengas el poder de ayudar a los demás te será más beneficioso callar”. ¡Cuánta sabiduría en esas palabras! (exclamación).

   ¡Actuemos rápido! Es la frase empleada por Ofelia Berrido en su párrafo de despedida, con relación a la inclusión de las enseñanzas pitagóricas en el sistema educativo actual. ¡Todavía estamos a tiempo! (exclamación) No hay nada más bello que una sociedad llena de seres que irradian pasión, alegría; en lugar de los muertos en vida y las lacras que contaminan la nuestra hoy día. En definitiva, es urgente el renacer de una nueva educación que enriquezca la mente y el ser. Se agradece a la escritora, por tan directo y profundo texto. Definitivamente, “La necesidad de una escuela tipo pitagórica” es un escrito que marca un antes y un después en la vida del lector.

Kardelis Aquino.

A00109341.

Estudiante de UNAPEC.

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