Tambien en el amor se acepta la guerra, con pasos firmes sacudimos el destino. Abra llegado la hora en que dos labios atados se lanzan tímidamente al vacío del amor. No hay almas gemelas sólo dos almas que se miran en su reflejo y reconocen que uno va amar a alguien tanto como a ti mismo. Ese es el juego del amor vivir por momentos creyendo que vamos hacer eternos. Nos damos de comer el uno al otro, nos despedasamos, nos hundimos y nos quemamos en su hoguera de turbia esperanza. Y así es el juego del amor.
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