¿Alguna vez te has preguntado lo que significa amar a una persona o lo que significa ser amado por alguien más?

Las películas de romance, las novelas y los dramas se han encargado de hacernos creer que el amor tiene más que ver con sacrificio que con felicidad; con dejar de hacer ciertas cosas, que con tener la libertad para hacer nuevas cosas con la persona que amas. Han enseñado una especie de fantasía idílica que convence o engaña a muchos…

Nos han enseñado que amar es condicionar, esa actitud demuestra que amamos por lo que vamos a recibir a cambio, siendo el otro un mero canal por dónde retornará el amor que ofrecemos. Esto no es amor, es egoísmo.

Hasta hemos pensado que amor es hacer las cosas que al otro le gusta y renunciar a ti mismo para no lastimar a la otra persona. Incluso dejar de hacer cosas que te encantan solo porque al otro no le parece apropiado o decente.

He leído en algunas novelas, como las personas por amor dicen que cometen las atrocidades más nefastas que puedes imaginar, gente que justifican sus malos comportamientos con la vaga idea de que te aman. Y que se representa tal cual en la vida.

Gente que atribuye al amor el sufrimiento, sin comprender que sufrimos por celos, envidia, egoísmo y otros sentimientos menos nobles; nunca por amor.

Todo el mundo parece tener una idea de lo que es el amor, y se gozan de saber que tienen la verdad absoluta acerca de lo que significa amar. Existen tantas personas que han mancillado al amor que a menudo es difícil creer que realmente existe.

Hay quienes buscan a alguien de ensueño, para amar, hombres y mujeres que parecen no existir en la vida real. Todos tienen derecho de buscar a la persona de sus sueños, aquella que encaje con sus ideales de felicidad. Solo no podemos exigir que los otros se adecuen a nuestros conceptos de mundo ideal.

La raíz del sufrimiento está en amar como aquel mercader que contabiliza la entrada y la salida de mercancías. Si ofrecemos cariño, afecto y atención, exigimos la contrapartida en retribución o pago. Es decir, solamente nos permitimos amar cuando nos sentimos amados a cambio y en igual intensidad.

Pienso que el amor para que sea amor nos lleva a ofrecer lo mejor que somos sin exigir nada como retribución, o no es amor. Cuando no podemos sentir alegría en el simple hecho de ayudar en la felicidad ajena e incluimos tributos en nuestra oferta, el amor se deshace en el aire.

Para vivir el amor es preciso entender el amor.

Amar, no se trata de buscar cualidades y características, y de acuerdo a ellas decidir amar, creo que el amor se manifiesta más cuando admiramos y respetamos a las personas tal y como son, el amor nos hace comprender que no existe mayor tontería que el deseo de modificar a los otros.

Tampoco podemos creer que el amor es un camino de flores, tal vez amar a alguien y ser amado por otros sea el reto más grande que tiene la gente, ya que, implica pensar en alguien más que solo en uno mismo. Sinceramente la mayoría de las personas se quedan con algo antes que entregarle a los demás, aunque protejan a alguien, primero ven por su bienestar. No obstante hay quienes son distintos, son capaces de renunciar a su bienestar con tal de ayudar a otros.

Esa clase de personas no se encuentra en todas partes, y es en esa clase de personas que el amor es completamente genuino.

No es fácil vivir por amor, es dificilísimo, pues vivimos en un planeta movido por pasiones densas. Aunque no sea fácil, vivir por amor es lo correcto. La simplicidad, al no contener máscaras o misterios, lleva a una profundidad desconcertante, pues conduce a lo más íntimo del ser.

El amor crea seguridad, confianza, es inclusivo, no excluye a nadie. Es paciente y sabe esperar, por eso respeta los ritmos y modos de aprender de cada uno y siempre está dispuesto a brindarnos una nueva oportunidad. Los niños son nuestros maestros en el amor.

Existen personas que afirman amarnos, afirman estar enamorados, pero generalmente a su lado nos sentimos abrumados, criticados, condicionados, sentimos que constantemente nos falta algo para llenar a esa persona y eso no puede ser amor, en realidad es miseria.

Las personas cuando aman tienen una relación simbiótica, toman y dan, es recíproca y respetuosa además de afectuosa. Amor es compartir; es ofrecer sin tasas o contrapartida lo mejor que tenemos o no será amor. Cualquier interés fuera de la felicidad que se pueda transmitir al otro contamina el amor que, como reacción, desaparecerá.

No cometas el craso error de pensar que el amor es intercambio…

Crea condiciones para que el amor germine, y no transfieras al otro la responsabilidad de cuidar de tu felicidad y estabilidad. No puedes exigir a otros las flores que te faltan o que solucionen la aridez de tu vida. Eso te cabe a ti cultivar, para que luego puedas ofrecer de ellas. Nadie puede dar lo que no tiene, si nos has podido amar de verdad, es porque tú mismo no te tienes amor.

El amor comienza en ti.

Mosquera Yuliangelene.

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