¿Cómo nos van a enseñar a encontrarnos quienes ni siquiera saben que están perdidos? Sáenz-López.
Vivir un acontecimiento como la pandemia trajo consigo un sigilo entre docentes, alumnos y padres de familia, era una combinación entre nostalgia y angustia, todos por el mismo rumbo; perdidos, estresados, peleados, con incertidumbre, sin conocimientos, las preguntas entorno al aprendizaje se hicieron recurrentes, se dirigían a la duda, ¿esto en realidad funcionara?¿educación en línea? ¡vaya broma! de la vida o de los acontecimientos presentes como usted guste llamarla. Las dudas no es que vengan solas, cargan en ellas toda una historicidad en dónde la educación en este país suele recurrir a la imagen del docente que incluso tiene que pensar en considerar la implicación de los valores en el salón de clases. Como podemos ver la pandemia trajo consigo lo interminable de la educación, un docente que tiene que dar continuidad a su formación, a su estudio, y al innovar dentro y fuera del salón de clases, ahora en la “nueva modalidad”, ¿y después qué? esta enfermedad trajo de su mano; pérdidas tanto humanas, materiales, educativas, cognoscitivas, entre otras, y por su tiempo trascurrido damos cuenta que de detrás de todo esto, hay cierta necesidad de poner un nuevo estatuto al docente “nómada” a ese que da continuidad al enfoque tradicionalista, al que ve, pero no hace nada, al que quiere hacer, pero se queda en el intento, al de los miedos continuo ante la tecnología. ¡Basta de esa educación! ¿No creen?. Si no habíamos visto ventajas en la pandemia es hora de verlas, nos sitúa ante una crisis no solo económica, también de conocimientos, nos pusieron a investigar, a trasladarnos a un entorno virtual, y no es que este mundo sea nuevo sino que faltaba por descubrir sus alcances, su propio devenir, inclusos sus linderos más recónditos de sus generosas oportunidades de hacer del proceso enseñanza aprendizaje una nueva forma, hoy no basta con dar un numero (calificación) , es acercarnos a ese número, eso hace que el ser humano salga fortalecido, lleno de esperanzas y de fe en sí mismo. ¿por qué no encontrarse con nuevos corajes y desafíos? muy pronto en unos cuantos meses el mismo docente, el alumno y el padre de familia se regocijarán de las ventajas de la educación a distancia, y entonces sí diremos: ¿Y después qué?.
Saenz-Lopez, P. Diaz, P. (2012). La educación de la felicidad. Revista Wanceulen EF Digital, 9, 25-36. Disponible en web: http:// www. Wanceulen. com/ef-diital. (Consulta el 15/08/2015)
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