Saludos querido destinatario, ha pasado un tiempo desde que le hice saber de mi, me gustaría saber como ha transcurrido este periodo para usted, me gusta pensar que ha tenido buenos días, que ha salido a tomar café por las tardes, que por las noches tiene una cena ligera y se acuesta a dormir libre de malos pensamientos en su cabeza, que su corazón le obliga a emocionarse por las cosas pequeñas del día a día, quizá mi visión de usted sea demasiado optimista y admito mi culpa por ello, pero poder creer que está bien me da algo de tranquilidad.
En caso de que se lo pregunte, mi ausencia tiene un buen motivo, bueno, quizá el uso del término «buen» no sea el más adecuado, pero coincidamos por favor en que he tenido un motivo poderoso para desaparecer de su bandeja de entrada, con tantos proyectos durante el día y tanta tristeza por la noche me aterraba la idea de terminar escribiendo solo cartas melancólicas y desoladoras que fuesen difíciles de leer para usted, o peor aún, que interfirieran con su mente tranquila, aunque quizá sea muy fantasioso de mi parte pensar que alguna de mis palabras pueda llegar a inmutarle, aún prefiero tomar las cosas despacio, y así llegamos al día de hoy, talvez por el buen clima, o porque pude dormir 6 horas en lugar de 4, amanecí con un humor maravilloso.
Mis manos se sentían impacientes por llegar al teclado y empezar a trazar líneas, están ávidas por escribir para usted, también he estado pensando en usted estos días, me tomé la libertad de imaginar cómo sería su rostro, espero y no sea demasiado osado de mi parte, quería proyectar en mi mente que tan marcadas están en sus facciones las alegrías y amarguras que ha vivido, me preguntaba como serán sus ojos rebosantes de emoción, o si es de las personas que tiene hoyuelos al reír, también imagino su voz franca y sabia, esa que me gustaría escuchar alguna vez.
Para brindar algo de luz sobre mi ausencia, puedo decirle que estas semanas han sido especialmente difíciles para mí, a raíz de ello evite la tentación de escribir en su dirección de email, no quería hablar en un tono triste, especialmente después de la última carta, así que decidí esperar un poco, y hoy quise hacerle saber de mi, y aunque no han sido buenos los últimos días, ni los últimos meses, en realidad los últimos años, no quiero que esta carta sea triste querido destinatario, por lo tanto solo quiero brindarle un saludo, quiero contarle que en unos días me llegará una noticia que he esperado durante un par de meses, esta noticia es una de las más importantes que he de recibir en lo que va de mi joven vida, ah, porque si, en caso de que se lo preguntara, la verdad es que soy una persona a la que apenas se le puede considerar adulta, ya que me encuentro sobre esa desagradable línea de tener los miedos de los niños y las responsabilidades de los adultos, cuando reciba esa noticia aterradora le contaré más acerca de ello. En realidad me emociona que pueda llegar a conocerme un poco y aunque sería magnífico poder seguirle contando más detalles acerca de mi existencia, imagino que podrán fluir con naturalidad a medida que me presente ante usted. Concluyo ahora y solo le puedo decir que espero que se esté cuidando tanto como lo merece.
Como siempre le deseo la mayor tranquilidad y paz que su mente sea capaz de otorgarle, y espero que mis manos no se vuelvan incapaces de escribir de nuevo.
Con gran agradecimiento,
-Cyrus.
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