Solo, sin ti, abrazando tu recuerdo, confundo tu silueta con la forma de los arboles…

Tu mirada brillante sobre mi, tu caricia en mis manos, tu forma de morderme los labios ansio cada noche… 

Encontrarte esperando por mi, con paciencia disimulada y abrazarte siempre, fuerte fuerte, y caminar, tomados de la mano. 

Vienes a mi alma hoy que estoy solo. 

Nada me acompaña en estos días húmedos, vago solo en la inmensidad, entre caminos sinuosos, entre senderos secretos que solo conocen tus pies y los míos.

No soy nadie ni nada que logre atrapar nubes para dejarlas sobre tus ojos cuando duermes, no logro sostener tu aliento sin pensar en besarte, de noche te visito y no te das cuenta. 

Miro como duermes y sueño que sueñas conmigo y contigo volando sobre la noche y sobre las luces de las puertas sonámbulas que vigilan las calles vacías.

¿Qué soy yo? ¿Qué es esto que salta dentro de mi cada vez que te confundo con la luna? Sonrisa de miel, ojos finos, boca de ámbar que atesora susurros lentos que dices a mi oído…

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