Despedida.

¿Tendría algún sentido intentarlo de nuevo?
¿Quedaría mejor como historia inconclusa?
El sentimiento de paseo,
la tristeza ya no volvió a ser alegría,
tal vez la magia , termino de alguna vez…

Y preguntas,
agobian la razón arrogante,
¿Será mejor amar por capricho?
Entonces, una sonrisa hipócrita,
pero aprendimos a fingir.

Siento lentamente el odio,
un olorcillo a decepción,
quieres alejarme de tu lado,
no tengo derecho a juzgar o ser juzgado…
El deseo es mutuo.

Pero nos retiene,
como una cadena disfrazada de melancolía,
aquellos recuerdos del ayer.

Y de positivo a negativo,
negativo y negativo se repelen…

Ya no importa el que pasó,
si no el que pasará…
Es necesario dar el paso,
pero corazones cobardes…
Ninguno está dispuesto.

A pasado ya un buen tiempo,
empecé a reconsiderar.
Quizás tratar de nuevo…
El no ceder puede significar,
una pizca de amor existente.
Quizás no todo está perdido,
quizás los caminos no se tengan que invertir.

Y entonces… Me he decidido.
En una tarde sonrosada ,
compré lirios,
a paso corto y lento , latidos rápidos,
precipitadamente peligrosos.

…He vuelto a sentir,
Y…Ya en tu alcoba,
Estoy dispuesto a recitarte unos cuantos versos.

Pero no hay nadie , o al menos ya no estaba,
solamente una carta…
Con un sabor amargo a despedida.