Aún recuerdo el primer día que cruzamos palabras, aquella mirada tan enigmática.

Cómo fue que me empezaste a gustar.

En qué momento te empecé a extrañar tanto.

Solo me queda suspirar mientras te recuerdo, moriría por un beso de tus labios.

Cómo se conquista lo enigmático, cómo se coloniza un corazón como el tuyo.

Dime qué hacer!

Cuántas batallas tengo que luchar, en cuántas tengo que perder, para que poses tu victoria sobre mi.

Con una mirada triste y afligida miro tu fotografía sintiendo el dolor de no tenerte, de no poder tomar tu mano.

Vivir en la desdicha de no tenerte, con el consuelo de amarte a la distancia, es vivir a la mitad.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS