Viene con la casa.

Estaba allí, bajo el árbol como si tomara algo de sombra. Siempre estuvo aquí, está

un poco vieja, pero se conserva.

_Tiene tres habitaciones y dos baños, una sala amplia, la cocina y aquí el patio _Le dije

mostrándole la casa.

_¿Y esa silla?_ Dijo señalando al destartalado mueble bajo el árbol.

_Viene con la casa. Le recomiendo que la deje donde está_ El hombre no estaba de acuerdo,

sin embrago acepto.

Le vendí la casa. Ya la he vendido tantas veces, que sé lo que pasará, aquella silla

no es muy atractiva, pero le pertenece a la casa. Sé que ese hombre tratara de deshacerse de

ella ¡Que grave error! Cuando lo haga deberé venderla, otra vez.

Al fin instalado, todo está perfecto, excepto por aquel cacharro bajo el árbol

¿Quién se sentaría ahí? Arruina la vista del hermoso jardín. 

La tome y coloque dentro de uno de los cuartos, no deseo verla. Cuando desperté y con mi café en la mano, por la ventana pude ver a la silla en el mismo lugar, de la impresión mi taza cayó al suelo. No entendía nada, ahí no la deje.

Con el corazón golpeando mi pecho me acerque, aunque no quería tocarla, la lleve de nuevo a la habitación, si vivo solo ¿Quién la habrá movido?

El siguiente día, el mugroso mueble volvió al patio_ si esto es una broma, era de mal

gusto_ Si decido traer a una chica, no quiero que vea eso en el jardín. Lleve la silla a mi auto,

conduje mucho y luego la arroje por el camino, regresando a casa me sentí aliviado.

¡Vaya! Por lo general duran unos meses, pero este de verdad no aguanto la pela. “un

accidente automovilístico” si claro, yo sé que no lo fue, se lo dije y no hizo caso.

_Tiene tres cuartos y dos baños, una sala amplia, la cocina y aquí el patio_ Le dije

mostrándole la casa.

La mujer reviso cada cuarto y baño, la sala y cocina, quedo encantada.

_ ¿Y esa silla? _Preguntó. Sonriendo le respondí.

_Viene con la casa. Le recomiendo que la deje donde está.