Una sonrisa fantasma.

Una noche, un baile, una mirada, un vestido, una sonrisa, y el movimiento de tu cuerpo, dieron sentencia de muerte a mis sentidos. 

Maldito del día en que tuve que fijarme en tí.

Desde ese día no dejo de pensarte, de soñarte, de desear el poder acercarme tanto como la distancia lo permita. 

Desde ese día he tenido los más bonitos sentimientos, mis ganas de creer en mí. 

Ahora, en medio de un mar de emociones, te confieso que mis ganas de querer quererte aumentan, mis ganas de verte sonreír a milímetros de mi boca se multiplican, los deseos de poder decirte mía se incrementan cual universo en expansión.

Esto que me haces sentir, se llama felicidad, esto que me haces sentir, se llama cariño.

Espero tener la dicha de tenerte en mis brazos alguna noche, en la que estemos solos tú y yo.

Solo necesito una señal de que estoy yendo por buen camino, que me estoy acercando más a tu corazón, de no ser así, no sé lo que haría.

Niña hermosa. 

Mis mayores sentimientos son para tí. 

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