—perdieron la memoria y ya no saben quiénes son, dijo la voz de gran resplandor

—son hombres, extraños humanos el miedo los asechan, dije yo

—no hay extrañeza en los de tu raza les di el libre albedrio y ellos eligieron el mal para sí mismo, respondió la voz del altísimo

—ayúdalos no los dejes perecer la conciencia que habita en ellos no es clara y por eso eligieron el mal, dije yo con tristeza

—no son dignos de mi lastima me volví indiferentes a sus asuntos porque dar atención a seres repugnantes solo enferman la tierra que les he dado se convirtieron en peores cosas que demonios y atormentas a sus compañeros de vida, dijo la voz furiosas

—tú los creaste les diste el libre albedrio y fallaron ahora los hombres lloran en la oscuridad pidiendo un explicación a sus tormentos han sufrido mucho es hora deponer fin a sus desgracias por favor líbralos del mal, replique yo con el alma partida

—incluso si los ayudo ahora ya de nada servirán fueron creados para llevar mi gloria en su ser pero eligieron la ignorancia la nada, incluso si los libros de sus tormentos cuando olviden el dolor volverá actuar de la misma forma. Los dejos solo en su pedazo de tierra. Estaban destinado alcanzar las estrellas pero su estupidez los condeno a morir en el lodo y el fango mal oliente, dijo la gran voz

—supongo que se acabó verdad, pregunte yo

—tiene el libre albedrio la ciencia y los conocimientos son humanos tan simple y tan complicado como eso

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